Santibáñez del Val resurge para ser más fuerte

F. TRESPADERNE
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Con las heridas aún abiertas del incendio que arrasó cientos de hectáreas en la comarca del Arlanza, los vecinos se reúnen para coger fuerzas y afrontar un futuro sin despejar por falta de ayudas

La tradicional comida de hermandad del verano, en esta ocasión, sirvió para fortalecer las ganas de salir de la tristeza que dejaron las llamas el día 24 de julio y comenzar a labrar el futuro con el regreso de las familias realojadas fuera. - Foto: Alberto Rodrigo

Hemos muerto en el fuego, pero hemos renacido de nuestras cenizas y qué mejor que celebrar la festividad de San Juan Bautista, aunque es el día es el 29, para hacer lo que hay que hacer y cambiar lo que sea necesario», manifestaba la alcaldesa de Santibáñez del Val, Ana María García, compartiendo mesa y mantel con unos 150 vecinos y veraneantes. Faltaban las tres familias que han sido realojadas en Covarrubias y que no acudieron a esta comida de hermandad «porque no se encuentran con  fuerzas para volver la pueblo», señaló la alcaldesa de la localidad, una localidad que sigue sumida en la tristeza, pero con el ánimo de salir adelante todos unidos.  

Aunque todos los años se hace una comida de hermandad por estas fechas, la de ayer era especial por todo lo ocurrido desde el 24 julio y porque por delante hay un largo camino que tienen que recorrer juntos, arropando a las tres familias que han tenido que ser realojadas en otras localidades. «Aquí vienen a ratos», apunta la alcaldesa, quien todavía está a la espera de que se concreten las ayudas de las administraciones para marcarse los próximos objetivos, ya sea la reconstrucción de algunas viviendas o la demolición de muchas de ellas. 

En la alargada mesa improvisada en la calle, tal vez no había la alegría de otros años, faltaban los vecinos realojados y todos los comensales, de una forma u otra, han perdido algo, material o espiritual, en ese fuego devastador que el día 24 de julio arrasó cientos de hectáreas dejando un paisaje desolador que todavía hoy impacta y más cuando uno pasea por la considerada 'zona cero' de Santibáñez, que bien pudiera servir para decorado de una película bélica. «Hemos sufrido una pérdida muy grande en nuestro patrimonio y paisaje, daños a nivel personal porque se han perdido muchas cosas que son irreparables, los recuerdos y  las emociones», asegura García.

Inventario de pérdidas. Aunque el día no era el más apropiado para hablar de los daños materiales, porque los sentimentales y del alma son difíciles de cuantificar y medir, la alcaldesa apuntó que en total han sido 87 inmuebles y 25 bodegas son las que se han visto afectadas por las llamas. «Desde el Ayuntamiento hemos realizado un informe muy detallado con los daños que ha sufrido cada inmueble y se lo hemos entregado a las administraciones», indica García, quien no tiene una valoración económica de los daños «porque nosotros no nos dedicamos a esto, lo único que decimos es que daños tienen y que sean otros lo que valoren lo que cuesta su reparación (...)».

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