El aislamiento redujo casi todas las infecciones sexuales

ANGÉLICA GONZÁLEZ
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En 2020 descendieron la sífilis, la gonorrea y el VIH. Por cada mujer que contrajo una de estas enfermedades lo hicieron nueve hombres. La edad media de los afectados está en los 38 años

Las mascarillas y el aislamiento previnieron casos de coronavirus pero también otras de enfermedades como la gripe y las de transmisión sexual. - Foto: Christian Castrillo

Uno de los mantras más repetidos en el peor momento de la pandemia, 2020, cuando todo empezó, fue que aislarse era la mejor manera de evitar la infección por SARS-Cov-2. Y este consejo, que también fue obligación, resultó ser útil para el resto de las infecciones, las respiratorias y las de otros tipos. Así, en aquel año apenas se contabilizaron unos pocos casos de gripe y de las bronquiolitis que tanto preocupan a los padres de niños pequeños. La gente no se juntó, los que lo hicieron llevaban mascarillas y descendieron las relaciones sociales a niveles nunca antes vistos. Todo esto influyó para que las infecciones de transmisión sexual (ITS) que llevan años al alza experimentaran un cierto frenazo.

Según datos del Servicio Territorial de Sanidad de la Junta en Burgos, en 2020 se registraron 20 casos de sífilis (frente a 27 que ha había habido en 2019 y 13 en 2018), por lo que la tasa descendió el 7,56 al 5,59. La infección gonocócica apareció en 16 personas, tres menos que en 2019 y una menos que en 2018 (la tasa bajó del 5,32 al 4,47) y hubo diez nuevas infecciones por VIH, cinco menos que en el 19. Por el contrario, las personas afectadas por clamídeas pasaron de 5 (una tasa del 1,40) a 14 (3,91).

Todas esta enfermedades se contraen por mantener relaciones sexuales sin protección, de ahí que las autoridades sanitarias y entidades privadas como el Comité Ciudadano Anti-Sida insistan en la necesidad de utilizar siempre preservativo. Porque una ITS puede dejar secuelas graves. En el caso del VIH es una enfermedad aún incurable aunque con los tratamientos se ha convertido en crónica. Las clamídeas pueden causar complicaciones a largo plazo: en las mujeres, enfermedad inflamatoria pélvica, infertilidad y embarazos ectópicos (denominación que se da a los que se producen fuera del útero) y si están embarazadas se lo pueden transmitir a la criatura, a la que le puede provocar infecciones oculares y pulmonares; en los hombres, puede provocar una infección "muy dolorosa" en los testículos.

La sífilis puede que no cause problemas a largo plazo si se trata rápidamente pero sin atención, es probable que se transmita a otras regiones del organismo y cause serios problemas de salud como trastornos cardíacos, cerebrales u osteoarticulares, y la infección gonocócica (gonorrea) tiene unos efectos a largo plazo parecidos a los de la clamídea.

La media de edad de las personas afectadas no varió excesivamente en pandemia. Porque si en 2019 fue de 37,80 años, en 2020 fue de 38. Lo que sí resulta singular es ver cómo descendió la edad máxima de quienes sufrieron una infección de transmisión sexual. Así, mientras en 2019 los afectados se situaron en un arco entre los 22 y los 64 años, en el 20, los mayores se protegieron bastante más y la edad de quienes cogieron una ITS fue de 22 a 46 años.

MÁS HOMBRES. Mayoritariamente, los afectados fueron hombres. Si en 2019 los varones con una infección de estas características cuadruplicaron a las mujeres, siempre según los datos aportados por el Servicio Territorial de Sanidad, en 2020 por cada mujer que presentó una ITS lo hicieron nueve hombres, lo que quiere decir que ellos se protegieron bastante menos. Desde el servicio de Epidemiología se advierte de que los grupos más vulnerables con respecto a estas infecciones son los hombres que tienen sexo con otros hombres, las personas migrantes debido a que muchas de ellas provienen de países donde no se vacuna contra algunas de estas patologías (es el caso de las hepatitis) y los varones entre treinta y cincuenta años.