Asombrarse a oscuras

ALMUDENA SANZ
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Juan Esteban Varela deja con la boca abierta al público que acepta el reto de asistir a un espectáculo de magia con los ojos vendados

Los espectadores mantienen el antifaz en todo momento, desde el inicio al fin de ‘Dentro de lo invisible’. - Foto: Patricia

Curiosidad, expectación, valentía, incertidumbre... Todas estas palabras corren por el vestíbulo de Cultural Cordón. El público ha aceptado el reto de asistir a un espectáculo de magia a oscuras. Todo es nuevo. Cada uno, a su llegada, ha grabado una experiencia, un recuerdo, una vivencia única. Desconocen qué pasará con ese audio. La hora se acerca. Llega el momento de taparse los ojos. La venda negra, negrísima, no deja pasar ni un punto de luz. Oscuridad absoluta. Desconcierto total. Sujetos a los hombros del de delante, en cortas cadenetas, avanzan con las indicaciones de los acomodadores. Nervios, cosquilleo, emoción... Cuando todos ocupan sus sillas, irrumpe una voz cálida. Se presenta, habla de Valparaíso, de la intimidad que brinda la oscuridad para contar una historia, y empieza su narración.

Pronto implica a todos en el relato. Aún ignoran cuán importante será su papel. Fantasmas, grillos, ovejas, dragones. Dentro de lo invisible, la propuesta de Juan Esteban Varela, arranca con el propio desasosiego de verse en fundido a negro y a sabiendas de los mil y un inesperados derroteros que puede tomar un mago. 

Pero el chileno sabe cómo hacer para que los presentes pierdan todo temor. Tirará del hilo de la historia de Brianda, y surgirán gatos, y músicos como Rubén, y mamás felices, como Beatriz, y el ohhhh de asombro empezará poderoso, porque también los trucos son posibles en la oscuridad, y aparecerá Marcela con su misteriosa campanilla, y Alberto con sus botones, uno, dos, tres, cuatro..., y se rodará una película, con la dama ¿de corazones? como protagonista, y el ohhhhhhhhhh se hará interminable al final. 

Una hora después, los asistentes constatarán que la vista y la magia no siempre van unidas. «Como vemos magia muy visual, pensamos que esta tiene que ver con engañar a los ojos, cuando en realidad nace del asombro, que necesita emoción, imaginación y razón, y estas nada tienen que ver con los sentidos», anota Varela tras saludar a todos. 

La idea nació como un desafío a sí mismo. Brujuleó en busca de algo con lo que el público no pudiera decir '¡qué habilidad!'. Entre las posibilidades dio con la magia para ciegos. «Pensé que era una responsabilidad de la comunidad maga porque la magia dice que todo es posible y esto no existía». Estuvo ocho años trabajando en un primer espectáculo en la oscuridad. En 2010 estrenó Magia para ciegos. Con él recorrió todo el mundo hasta la pandemia. Esa «pausa obligada» le permitió reinventarlo y nació Dentro de lo invisible, «que se llena de todo lo que habita en cada uno y hace que cada espectáculo suene diferente». 

ARCHIVADO EN: Magia, Cultural Cordón