Los gastos básicos del hogar tocan techo histórico en Burgos

G. ARCE
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Tras el desplome provocado por el confinamiento en marzo de 2020, vivienda, electricidad y gas no dejan de escalar hasta alcanzar una subida anual del 11,7%, la más alta en veinte años

La subida de la luz lidera la escalada de precios que vive la economía local en los últimos meses. - Foto: Luis López Araico

La esperada vuelta a la normalidad tras la pandemia va a ser especialmente dura para las economías familiares burgalesas y pronto, si no ya, tendrá su crudo reflejo en los números del día a día de la casa. En los últimos 18 meses, los gastos básicos del hogar y del transporte, principalmente, no han dejado de subir hasta alcanzar cotas históricas en la estadística continua del Índice de Precios al Consumo (IPC), del que ya se ha avanzado un crecimiento del 4% en lo que va de año en septiembre, 7 décimas por encima de agosto y el más alto de los últimos 13 años.

Mientras que el comportamiento del resto de la economía provincial parece más regular, los precios de luz, gas y otros combustibles se han disparado hasta un 11,7% en agosto, el registro más elevado de los últimos 20 años de Índice de Precios al Consumo (IPC). Habrá que ver cómo evolucionaron en septiembre...

La movilidad (el transporte) no se queda atrás y registra un 10,5% de subida el pasado mes de mayo, solo dos décimas menos que el pico histórico que se alcanzó en julio de 2008.

Esto es lo que refleja la fotografía fija del IPC desde 2002, medida en los grupos de la clasificación europea de consumo, los ECOICOP, cuya evolución determina el IPC provincial. Previsiblemente, la variación anual del grupo de la vivienda seguirá en crecimiento en futuros meses, pues en los meses de mayo (con el 10,4% de subida), abril (10,7%), junio (11%) y agosto (el mencionado 11,7%) se han encadenado sucesivos récords históricos al calor de la subida de la electricidad, un fenómeno que a día de hoy parece imparable con el MWh por encima de los 200 euros en los últimos días.

Hay organismos, como es el caso de Funcas, que auguran una inflación por encima del 3% o incluso del 4% durante los próximos seis o siete meses si los precios de la energía (incluyendo la escalada de la cotización del gas en los mercados internacionales) y de un importante número de materias primas básicas siguen elevados.

Así, por lo que respecta al precio de la electricidad, seguirá al alza al menos hasta el próximo mes de marzo, con lo que será un factor determinante para ralentizar o impulsar la recuperación de la normalidad, especialmente entre las familias y las empresas más vulnerables.

Si estos porcentajes no tienen una repercusión inmediata en el bolsillo -es decir, no se perciben con toda su contundencia por el consumidor- obedece a las diferentes modalidades de contratos y tarifas existentes en el mercado aunque, más pronto que tarde, deberán ser asumidos por la empresa y el cliente particular.

El grupo de vivienda, en el que se incluyen -entre otros- los gastos de alquileres, de mantenimiento, de reparaciones y los suministros de agua, electricidad y otros combustibles líquidos y sólidos (carbón), lleva inmerso en una escalada desde abril de 2020, cuando en pleno confinamiento se registró una caída de los precios en Burgos del -7,9% en este grupo, el segundo fondo más bajo de la serie histórica estadística tras el 8,3% negativo de abril de 2016.

Si bien hace cinco años también se produjo un fuerte rebote que alcanzó hasta el 8,5% de subida un año después, son 3 puntos menos que lo que ha ocurrido hasta la fecha, lo que visualiza la contundencia del fenómeno inflacionista en el que estamos inmersos y que está generando una gran incertidumbre.

Transporte. 

En el grupo del transporte, el otro gran impulsor del IPC, los precios han subido casi 20 puntos en el último año, tras el desplome hasta el -9,6% durante la etapa de confinamiento de la pandemia. Aunque la subida más alta se registró en julio de 2008, con un 10,7%, los últimos tres meses de verano el IPC de la movilidad está por encima del 10% de alza y también se sitúa entre los más inflacionistas de los últimas dos décadas.

En el grupo ECOICOP del transporte se analiza, entre otros parámetros, la evolución de los precios de la compra de vehículos, así como sus accesorios y repuestos, carburantes y lubricantes (los elementos que están sufriendo mayor presión inflacionista), las reparaciones y los servicios de transporte de pasajeros por carretera, ferrocarril, aéreo y marítimo.

Los precios locales también han aumentado en el grupo de la hostelería (donde se incluye la actividad de restaurantes y hoteles) pero a partir de mayo de 2021, cuando empezaron a desmontarse las limitaciones de aforos y servicios establecidos durante el estado de alarma para evitar los contagios. En mayo, el precio de este grupo marcaba 8 décimas negativas y desde entonces ha escalado hasta un 1,7%, un índice que marca la progresiva recuperación de este ámbito pero que está muy lejos de los picos máximos de enero de 2007, cuando la variación interanual de precios rozaba el 6% (5,9%), el dato más alto de la serie histórica del INE.

En Burgos tienen menos incidencia el aumento de algunos servicios turísticos, que tras la rebaja de precios del pasado año, han vuelto a la normalidad durante los meses de verano.