Enésimo intento de revitalizar el complejo turístico del Comunero de Revenga, que perdió el tren de éxito al que se subieron muchos espacios naturales tras la pandemia y que ahora intenta no quedar abocado al olvido definitivo con un atractivo incorporado, el estreno de las Aulas de la Naturaleza, que empezaron a construir en 2013 pero nunca han tenido uso. 

Los ayuntamientos de Quintanar de la Sierra, Canicosa y Regumiel -que conforman el Comunero y rotan al frente del mismo- lo intentaron primero con la oferta del bar en solitario, que quedó desierta en varias consecutivas; después sondearon proyectos para la explotación conjunta de todas las opciones, llegaron a convocar un concurso de ideas, que apenas pasó de un compendio de buenas intenciones, y han esperado una propuesta empresarial interesante durante un tiempo, hasta que finalmente optan por una licitación convencional, que busca al menos la reapertura de manera inmediata del bar-restaurante, cerrado desde octubre de 2019. 

El contrato sale a licitación por 3 años, prorrogable por otros 3, y un mínimo de 13.068 euros anuales, que se puede mejorar al alza.No obstante, el pliego diferencia entre el alquiler del bar-restaurante, que limita a 300 euros al mes (más IVA), y las Aulas, cuya apertura inmediata «no es obligatoria», sino que está «supeditada al servicio eléctrico», por lo que hasta que no se pongan en servicio no se abonará renta. 

El complejo está formado por 8 edificios con teja curva, 5 bungalós, dos aulas y uno que sirve como cocina y comedor. Se diseñó orientado a que tanto centros escolares como empresas puedan desarrollar en él actividades formativas o lúdicas, en contacto directo con la naturaleza.

El pliego establece una serie de requisitos para el bar-restaurante, que deberá abrir obligatoriamente entre el domingo de Ramos y el 31 de octubre, de 10.30 a 20.30 horas como mínimo, y encargarse del bar, el servicio de comidas, la limpieza de las instalaciones y el mantenimiento de la campa, incluidos los contenedores, la zona de cocinas y el parque infantil.

La oferta económica sumará hasta 70 puntos y los otros 30 se obtendrán de la experiencia en hostelería (10), los estudios y formación reglada (10) y las inversiones y mejoras en las instalaciones (10). Las ofertas se pueden presentar hasta el 9 de enero.

Ni albergue, ni pino a pino. El adjudicatario solo podrá utilizar la planta baja del edificio hostelero del Comunero de Revenga, puesto que la parte superior en la que se habilitó en su día un albergue no cumple con las condiciones de accesibilidad. Eso sí, el edificio ha sido recientemente sometido a un lavado de cara integral gracias al trabajo de las brigadas que contrata la Diputación y que antes destinaba a labores en los montes (actividad que a raíz de una reclamación laboral tuvo que reorientar).

En diversas ocasiones los alcaldes delComunero han abordado la necesidad de solucionar este problema e instalar un ascensor, pero el coste frena una obra muy necesaria para desbloquear esta zona del complejo hostelero.

Por contra, está desahuciado el parque de aventura y tirolinas De  Pino A Pino. El deterioro de las cuerdas y estructuras por la falta de mantenimiento y los problemas de raigambre de los árboles en Revenga han sentenciado a la instalación, que llegó a ser un referente del ocio en la comarca pero que está cerrada desde 2018. Por contra, se mantiene la oferta educativa y cultural de la Casa de la Madera, cuya espectacular estructura exterior de pino ha sido sometida recientemente a una renovación a cargo de la Fundación Patrimonio Natural.