No fue casualidad que la Policía Nacional recuperase en una nave de San Martín de la Vega un cargamento de más de 1.000 neumáticos robado en Burgos. En esta zona del sur de Madrid proliferan talleres ilegales donde las piezas y componentes de vehículos se venden prácticamente solos. Lo dicen muchos responsables de negocios y lo reconocen también las fuerzas de seguridad, que en los últimos meses han recibido varias denuncias por asaltos en polígonos de la capital y el alfoz, principalmente en el alto de La Varga. El objetivo de los ladrones ha sido, casi siempre, las ruedas de coches o camiones.
No ha sido un repunte de robos «espectacular», matizan fuentes de la Guardia Civil, pero sí que perciben esa fijación por los neumáticos en los que se han producido en los polígonos de La Varga y Villariezo. Sin ir más lejos, a la empresa Jayver, ubicada en El Clavillo, le entraron dos veces en cuestión de quince días para llevarse una treintena de ruedas. A su 'vecino' Neumáticos Fernández, que se encuentra junto a Grupo Julián, también le asaltaron en esas mismas fechas. En todos estos episodios el modus operandi fue el mismo: los cacos acudían en una furgoneta, merodeaban previamente para asegurarse de que podían campar a sus anchas y, en cuestión de segundos, daban el 'palo'.
«Saben muy bien lo que buscan y dónde. En esa zona, los ladrones tienen un fácil acceso y una huida todavía más sencilla hacia Madrid», reconoce Gabriel Martínez, presidente de la Asociación de Empresarios de la Automoción de Burgos (Adeabur), quien señala el precio de un componente como el neumático como principal atractivo para los delincuentes. «A una media de 100 euros la unidad, en un robo de 30 o 50 ya logran unas ganancias de 5.000. Eso si no es de camión o tractor, en cuyo caso sus beneficios se disparan».
El ejemplo claro de un 'golpe perfecto' fue lo ocurrido hace un par de meses en Villalonquéjar. De la empresa Transportes Sevilla se llevaron un camión cargado de neumáticos. En concreto, había 1.260 unidades valoradas en 150.000 euros. Que los ladrones sabían muy bien lo que buscaban quedó probado en que no se llevaron un tráiler al azar. Previamente, realizaron 'catas' en las cajas de carga para saber cuál portaba el material más valioso. Por suerte, la rápida investigación de la Policía Nacional, que identificó el vehículo articulado con el GPS y siguió su ruta durante días, permitió localizar lo sustraído antes de ponerlo a la venta.
Son varios los factores que hacen del robo de neumáticos un gran atractivo para los delincuentes. Su precio se ha incrementado como el del resto de componentes de vehículos en los últimos tiempos. Pero es que, además, durante algunos meses ha habido cierta falta de estocaje. Un caldo de cultivo perfecto que una mente como la de los ladrones cocina a fuego lento. Porque su salida en el mercado negro, o de segunda mano, es muy fácil.
«Lo ponen a precios más bajos en talleres que no son legales, uno de los problemas de los que siempre nos hemos quejado», recuerda el presidente de la patronal provincial de talleres. Perseguir este tipo de negocios ilegales ha sido uno de los caballos de batalla de esta asociación, que ha colaborado intensamente con Policía Local y Guardia Civil. Reconocen, sin embargo, que el control es más difícil en ciudades grandes. «Es lógico que en núcleos urbanos como Madrid o Barcelona haya más impunidad», lamenta.
Desde la Guardia Civil reconocen la existencia de talleres ilegales en polígonos del sur de la capital de España que se nutren de ese mercado ilegal de neumáticos y apuntan a bandas que residen allí como posibles autoras de los robos en Burgos. La investigación de lo ocurrido en el alto de La Varga sigue abierta, en colaboración estrecha con cuerpos de seguridad de otras provincias, y creen que no tardarán en dar caza a los cacos.