El Ayuntamiento de la capital ribereña dispone de un total de 43 vehículos para distintas áreas municipales, que acumulan entre todos una antigüedad de 19 años. Una edad para turismos, furgonetas, ciclomotores y pequeños camiones elevada que supone un aumento de las emisiones a la atmósfera, ya que sus motores no están adaptados a las actuales normativas de reducción de la contaminación en las vías públicas.

En los últimos meses, los vehículos disponibles para que los trabajadores municipales realicen su labor han añadido una nueva furgoneta de 9 plazas para la agrupación de voluntarios de Protección Civil, a la que se le va a sumar un 4x4 que ya cuenta con una partida presupuestaria de 15.000 euros para su adquisición, y dos motocicletas para la Policía Local que ya están patrullando las calles arandinas. Antes de estas incorporaciones, la última novedad en el parque móvil municipal se realizó en el año 2017, cuando se contrató un vehículo para Alcaldía por renting.

El último registro oficial del parque móvil del Ayuntamiento arandino contempla varios vehículos del siglo pasado. El más antiguo es un furgón que utiliza la brigada de Servicios que se matriculó en 1988 y hasta una docena de motorizados de la década de los años 90. Los servicios que tienen que lidiar con estos motores viejos, por no hablar de las incomodidades en el habitáculo, son las brigadas de Servicios, Aguas y Vías Públicas. Estos vehículos no realizan largos desplazamientos con estos furgones y camiones, ya que se utilizan para trasladar material para los distintos servicios que deben realizar los trabajadores, por lo que sólo circulan por la ciudad. Sin embargo, hay otros departamentos que dependen más de una movilidad aceptable que deben trabajar con unos vehículos más viejos. Es el caso del Parque de Bomberos que, según la página de transparencia del Ayuntamiento de Aranda, dispone de una decena de vehículos, entre camiones, todo terreno  o furgones, que acumulan 21,5 años de media de antigüedad. El más antiguo es un camión autobomba de 1988 y la última incorporación se llevó a cabo en 2012 con un camión de seis plazas.

Desde los sindicatos de la función pública en Aranda no entienden el abandono que soportan estas herramientas para el desarrollo del trabajo municipal, poniendo el acento en servicios vitales. «Algunos vehículos aguantan, pero no por mucho tiempo, pero lo que no se puede defender es que los bomberos o la policía tengan que manejarse al volante de más de 20 años, porque les pueden dejar tirados en cualquier momento y, eso, en una actuación, puede suponer un problema insalvable», remarcan fuentes sindicales.

Poniendo por delante la seguridad «innegociable en el ámbito laboral», los representantes sindicales también critican la mala imagen que ofrece el Ayuntamiento en materia de sostenibilidad. «Ahora que todo tiene que ser respetuoso con el medio ambiente, y que estamos con lo de la agenda urbana y la mejora de la movilidad, el Ayuntamiento no predica con el ejemplo, con tubos de escape que contaminan como si estuviésemos viviendo hace más de 20 años», consideran.