La desesperante espera de los pavos

I.P.
-

El agricultor Alfredo Núñez inició en 2018 los trámites para construir una nave de engorde de estas aves. Con la granja acabada, aún espera la luz para comenzar la actividad

Alfredo y un familiar están terminando de montar los comederos que distribuirán por toda la nave para cuando lleguen los animalitos con apenas 2 días. - Foto: Alberto Rodrigo

Bien podemos comparar el calvario que está sufriendo Alfredo Núñez con el del protagonista del artículo Vuelva usted mañana que Larra publicó en El Pobrecito Hablador en 1833, nada menos. El francés Monsieur Sans-délai venía a Madrid a solventar un tema de propiedades creyendo que en 15 días estaría resuelto, pero ¡ay!, el galo no conocía a los españoles ni el funcionamiento de la administración de este país. Larra, que sí sabía de ello, ya le aventuró que de dos semanas nada, que el asunto podía no estar resuelto en meses.

Pues han pasado casi 200 años y no parece que en el asunto de la burocracia se haya avanzado, como lo demuestran mil ejemplos de quienes se empeñan con todo el entusiasmo del mundo en sacar adelante un proyecto. Se les pasan los meses de ventanilla en ventanilla, recabando y presentando papeles, solicitudes y trámites que parece que no tienen fin, y si en un par de años se ha conseguido que el negocio esté en marcha, casi es un milagro.

En esta situación se encuentra Alfredo Núñez, este agricultor camino de convertirse en ganadero, de Quintanilla de Riofresno. Hace un par de años se embarcó, lleno de ilusión, en una aventura con el objetivo de diversificar su actividad y se decidió después de estudiar varias opciones por una granja de engorde de pavos, producto ahora en auge. Alfredo tenía mérito porque apenas hacía 7 años que se dedicaba a la agricultura a título principal; hasta entonces trabajaba en una fábrica y ayudada a la familia en las labores del campo, pero dejó la empresa y se hizo cargo de las fincas, siembra unas 300 hectáreas en su pueblo, aunque reside en Melgar, donde sus hijos pueden ir al colegio y tienen cubiertos el resto de servicios.

[más información en la edición impresa]