"Llega una derecha beligerante apoyada en viejos mitos"

J.D. Maté
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Este abogado y economista nació en 1950 en Bogotá. Miembro del Partido Liberal, fue presidente de la República de Colombia de 1994 a 1998. Antes, de 1991 a 1993, fue embajador en España y hasta 2017 dirigió la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur)

"Llega una derecha beligerante apoyada en viejos mitos" - Foto: Alberto Rodrigo

El expresidente de Colombia participó el viernes en Burgos en una jornada titulada ‘El diálogo como cohesión’ organizada por UGT.

¿Qué importancia adquiere el diálogo hoy en día en una sociedad con tantos conflictos abiertos?

El diálogo es como un producto genérico para solucionar diferencias. Alguien decía que la humanidad encontró dos formas para arreglar sus diferencias: a través del diálogo o de la confrontación. Y creo que en todos los países con conflictos el dilema aparece claramente. Hemos venido a Castilla y León porque hay un ejemplo de diálogo concreto y de buena concertación entre fuerzas sociales. Pero en Colombia el diálogo fue definitivo para alcanzar los acuerdos de paz y acabar un conflicto que teníamos desde hace 50 años. Y también el diálogo y la negociación debe ser la salida en Venezuela.

Habla del acuerdo de paz en Colombia, pero parece en riesgo con el actual presidente del país...

Estoy preocupado por esta actitud pasiva del presidente (Iván) Duque hacia los compromisos de la Habana que podría hacer que el conflicto regresara a la situación de guerra. Es cierto que no salió elegido defendiendo los acuerdos, pero en la campaña prometió que haría un acuerdo social sobre el camino de la paz y en sus primeros meses de gobierno las muestras no apuntan a la consolidación del acuerdo, sino al regreso a la situación de guerra de hace 10 años. Hay que destacar su objeción a sentarse a negociar con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y su plan de desarrollo en el que no hay estrategias claras para la paz.
¿Y si insiste en quebrar el acuerdo?
Tengo la convicción de que los acuerdos son obligatorios desde el punto de vista jurídico internacional al estar protegidos por el Derecho internacional humanitario y por la Corte Penal Internacional. Si el gobierno insiste en quebrar los acuerdos sería válido recurrir a los organismos internacionales para que los haga cumplir.
La población, además, ha vuelto a la calle exigiendo la paz.

Los actos del presidente Duque han desatado unos movimientos colectivos en el país que no se veían desde hacía muchos años. Están en pie de lucha los indígenas, los afrodescendientes, los maestros, los estudiantes... todos los sectores sociales que en su momento apoyaron la paz.

Fue presidente de Colombia de 1994 a 1998. ¿Cómo ve hoy a al país?

En la parte económica, el país, a pesar de la violencia que se está corrigiendo ahora, ha mostrado índices de crecimiento positivo y ha avanzado en términos sociales, aunque no al nivel deseable por la marginación y pobreza que aún existen.

¿Y el caso de Venezuela?

Venezuela está frente a una disyuntiva muy clara: o una salida democrática, pacífica y justa de la crisis o una salida a la fuerza como resultado del cerco diplomático que le han montado EEUU y algunos países de América Latina. Para mí, la única manera de que la solución de la crisis sea efectiva y permanente es que se convoquen unas elecciones anticipadas y que cese el bloqueo económico sobre Venezuela que está provocando que el pueblo sufra aún más las consecuencias de la crisis. Creo que en esta tesis de la salida democrática están involucrados, entre otros países, las Naciones Unidas, el Mecanismo de Montevideo y el grupo de contacto que lidera la UE.

En esta crisis, Colombia juega un rol fundamental, ¿no?

La relación de Colombia con Venezuela es especial. Hay dos millones de colombianos en Venezuela y dos millones de venezolanos en Colombia, pero sobre todo tenemos unas fronteras incendiadas en las que hay narcotráfico, terrorismo, subversión, paramilitares... Lamentablemente no hay ahora ninguna comunicación entre ambos gobiernos, sino enfrentamientos frecuentes.

¿Por qué?

La actitud del presidente Duque liderando una posición agresiva frente a Venezuela ha sido temeraria y ha quedado demostrado con el falso negativo de la operación humanitaria que se hizo en Cúcuta, que pretendía crear una situación de desestabilización en Venezuela para que se legitimara una intervención militar que por fortuna no se dio, pero quedaron cerradas las fronteras y la población está pagando los costes.

Responsabiliza a Duque.

Prestó la frontera para que se hiciera una operación que no tenía nada de humanitaria, era más una emboscada militar disfrazada.

¿Y qué le parece el papel España?
La línea general de la UE de condenar la intervención militar es definitiva para que EEUU no meta la mano en Venezuela y para avalar una salida democrática que pasaría por la anticipación de unas elecciones.
Fue embajador en España, ¿cómo ve a este país?

Veo a España acabando de salir de la crisis económica y he vuelto a ver renacer el interés de los inversionistas españoles por proyectos de crecimiento en América. Veo oxígeno en el Gobierno y una expectativa constructiva en el proceso electoral que confirma que la democracia es la mejor puerta de salida para una casa con problemas entre sus habitantes.

Aquí parece que irrumpe con fuerza un partido como Vox...

Se está creando una derecha beligerante apoyada en viejos mitos como sustentar temor en el electorado, generar expectativas negativas y unas fórmulas que tienen que ver con un nuevo populismo punitivo: pretender que todo se arregla aumentando penas, metiendo gente a la cárcel... Son formas aberrantes de lo que es este nuevo populismo de derecha que está llegando a España y los electores tienen que tener mucho cuidado de caer en estas peligrosas redes en las próximas elecciones.