Un supersecreto a gritos que no defraudó a nadie

I.M.L.
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El repaso que hizo el madrileño por sus nuevos temas y sus clásicos, con guiños a grandes voces del indie nacional, llegó en una gran caja de regalo con lazo y todo

La electricidad recorría el recinto de Sonorama Ribera desde primera hora de la tarde. Una marea humana ante los escenarios principales oscilaba del Ribera del Duero al Aranda de Duero, de Ángel Stanich a Vega, de la lección de música de Emir Kusturica y su banda a la master class de guitarreo clásico de Mikel Erentxun para multiplicar las pulsaciones con Shinova que, con lluvia de confeti y fuegos artificiales terminó de encender a un público multitudinario que ya llenaba gran parte del frontal del escenario contiguo, esperando con ansia confirmar lo que todo el mundo sabía, o sospechaba. Que si hemos oído una prueba de sonido de Leiva, que si su calidad le hace imprescindible en este 25 aniversario, que si gusta a público de todas las edades. Y nadie se equivocaba. Con un vistazo a las diez primeras filas, con una horquilla de edad de más de 40 años, todos gritaron de emoción al leer en grandes letras: Cuando te muerdes el labio Tour, con la cuenta atrás de cinco minutos que remató el público a voz en grito. «Tres, dos, uno, ahhh», fue el coro unánime antes de recibir a Leiva y su banda.

El secreto a gritos no le restó ni un ápice de garra, buen rock and roll y feeling en el escenario, desgranando los temas de su último disco, homónimo a la gira, intercalados por sus ya himnos de su carrera en solitario. Con un amanecer de fondo, TerrIblemente cruel levantó los brazos e hizo vibrar las gargantas de los miles de sonorámicos que no pararon de corear todos y cada uno de sus temas.

La magia de Sonorama Ribera volvió a hacer de las suyas. No están en el cartel, no se les espera, pero Leiva aprovechó el parón tras la tercera canción para acordarse de un nombre mítico en Sonorama Ribera. «Es difícil no pisar este escenario y no acordarme de Supersubmarina, les mando un abrazo, se les quiere mucho», confesó, haciendo también un guiño a este aniversario redondo. «Es un superlujo estar aquí, espero estar a la altura para poder felicitar los 25 años». Regalo que los sonorámicos agradecieron coreando una tras una sus canciones.

Un supersecreto a gritos que no defraudó a nadieUn supersecreto a gritos que no defraudó a nadie - Foto: Alberto Rodrigo

Lluvia en los zapatos, Lobos, Superpoderes enardecían al público, que estalló cuando Leiva cumplió una promesa. Qué caras más tristes, de Iván Ferreiro, desató la histeria de la concurrencia. «Le prometí cantar esta canción a mi amigo, no le dije en qué conciertos de la gira, pero creo que este es uno de esos momentos», compartió, recibiendo como respuesta una de las mayores ovaciones de la noche.

Y eso que los brazos no bajaron en ningún momento, como metáfora de las miles de voces que se sumaban y subían hasta el escenario para acompañar todos sus estribillos, sin excepción. La llamada, Sueño con estar por encima de todo, No te preocupes por mí, Como lo tienes tú rematado con un guiño instrumental al Hey Jude de The Beatles, Estrella Polar, Como si fueras a morir mañana y Lady Madrid remataron un concierto que, no por desvelado por más que un rumor, desenvolvió un regalo perfecto para el 25 aniversario de Sonorama Ribera. Ahora, a esperar al concierto especial de hoy para rematar la electrizante celebración.