Sueldos congelados en Benteler para garantizar 600 empleos

L.M.
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Dirección y comité de empresa alcanzan un preacuerdo para firmar un convenio que prevé el pago de los atrasos

La multinacional alemana tiene un centro de producción en el polígono industrial de Villalonquéjar. - Foto: Alberto Rodrigo

Tras siete semanas de duras y tensas negociaciones en el seno de Benteler, dirección y comité de empresa lograron llegar a un preacuerdo para firmar un nuevo convenio colectivo. Esta misma semana trascendió que la representación sindical rompía las conversaciones ante la negativa de la compañía a aceptar su propuesta. Del mismo modo, fuentes de Benteler aseguraban que su intención era la de seguir tratando de llegar a un pacto para salvar el futuro de la fábrica de Villalonquéjar.

Y así ha sido. Ambas partes acordaron el viernes ceder, lo que posibilitó un principio de acuerdo que no obstante deberá ser refrendado por los trabajadores esta semana que viene en una votación. Un día antes, el comité ha convocado una asamblea informativa para trasladar los principales puntos.

El principal es, según fuentes del comité, el mantenimiento del empleo de los 600 burgaleses. Esta premisa era fundamental tanto para los sindicatos como para la propia empresa y finalmente figurará en el documento definitivo. En materia económica, el convenio recogerá los atrasos pendientes del IPC disparado con el que cerró el 2021. El comité reclamaba un 6% de subida salarial que no se les había abonado y que ahora se les ingresará a cada trabajador en tres anualidades: se repartirá entre 2022 y 2024 a razón de un 2% anual. Todo ello complementado con tres pagas extraordinarias que se efectuarán en los meses de enero de 2023, 2024 y 2025.

Por contra, los empleados se congelarán las nóminas este y los dos años que viene a demanda de la dirección. Esta era una petición expresa de Benteler para poder optar a nuevos contratos. «Les hemos puesto encima de la mesa varios proyectos que podrían venir a Burgos si la planta es competitiva, y eso pasa por contener las nóminas», aseguraban a mediados de esta semana fuentes de la empresa. De este modo, ambas partes esperan poder dar un impulso a la fábrica del polígono de Villalonquéjar, que sufre una acuciante falta de nuevos contratos con los que asegurar una carga de trabajo estable para los próximos ejercicios.

Larga negociación. La de Benteler es una de las fábricas con más renombre de la capital. Se trata de la primera de la multinacional que se construyó fuera de su Alemania natal hace cerca de tres décadas. Especializada en la fabricación de chasis y componentes estructurales para automoción como pilares, parachoques y ejes delanteros y traseros, su Grupo ha sido fuertemente golpeado por la crisis que atraviesa el sector del automóvil.

Este proceso, acentuado por el estallido de la pandemia, obligó a negociar un ERE en febrero del año pasado que se cerró con 52 bajas incentivadas o prejubilaciones. Sin embargo, el parón de producción de los fabricantes fruto de la carencia mundial de microchips agravó la situación de la planta burgalesa. El pasado diciembre, según fuentes del comité de empresa, se informó a los representantes sindicales que la compañía no encontraba acomodo para cerca de 70 empleados de cara a 2022 y 2023 vista la carga de trabajo prevista. Tanto UGT como CCOO decidieron convocar dos días de concentraciones al pie de la factoría para exigir «certezas» ante ese anuncio informal por parte de la dirección.

A todo ello se sumó una compleja negociación del convenio colectivo que esta misma semana se dio por rota según el comité. Finalmente ambas partes han logrado acercar posturas y lograr un acuerdo -a falta del visto bueno por parte de la plantilla- que da respiro a una de las industrias más célebres de la capital.