Juan Carlos Pérez Manrique

Estos días azules...

Juan Carlos Pérez Manrique


Mujer, automóvil

02/03/2022

Automoción, motor económico, es la cita que durante los dos próximos días va a tener lugar en nuestra ciudad con el fin de poner de relieve la importancia de esa industria en el conjunto de la economía y de la sociedad y de estudiar cómo resolver algunos de sus principales retos presentes y de futuro. El encuentro tiene lugar casi cien años después de que en 1926 se celebrara en Madrid el Primer Congreso Nacional del Motor, momento en el que en España existían 76.000 vehículos (aunque en la correspondiente inauguración Primo de Rivera hablara de 100.000) y década en la que en Europa y EEUU se experimentaba un constatable desarrollo de la presencia del automóvil en la sociedad a medida que iba dejando de ser un artículo de lujo exclusivo.

En 1929, la revista de moda Die Dame que se publicaba en Alemania, encargó la portada de uno de sus ejemplares a Tamara de Lempicka con la intención de homenajear a la mujer emancipada. La Lempicka fue una destacada pintora polaco-rusa, representante del Art Decó, que, a través de su vida y de su pintura, reivindicó el nuevo tipo de mujer que se quería libre, que le gustaba el deporte, peinarse a lo garçon, vestir otra indumentaria, decidir y conducir su propia vida… así que lo que presentó a la revista fue una pintura (Autorretrato en Bugatti verde) que era una proclamación. Y a la vez, un homenaje. En ella se presentaba a sí misma dominando un coche, un Bugatti de competición, el que mejor simbolizaba la velocidad y que también quiere reflejar en el ondeo del pañuelo que lleva al cuello destacando la delicada elegancia. Con el pañuelo homenajea, además, a Isidora Duncan, la bailarina amiga que había muerto dos años antes estrangulada al enredarse su largo chal en las ruedas delanteras de otro Bugatti. Su indumentaria, su estética, sus rasgos… todo remarca su independencia y proclama la nueva mujer que debe corresponderse con aquella que, tras su papel durante la Primera Guerra Mundial, exige el sitio que le pertenece. 

Es verdad que en el mundo de 'sálvese quien pueda', Tamara de Lempicka es de las que tiene más oportunidades de salvarse, pero fue una gran luchadora y ella, como otras muchas mujeres de aquella generación, añadieron al Pan y rosas de la manifestación de aquel 8 de marzo de 1857 un y conduce tú tu propia vida. Lo practicó con su vida y lo simbolizó con el automóvil, que siempre ha sido modernidad y progreso.