Para que la Agencia de Seguridad Ferroviaria emita su informe autorizando la puesta en servicio de la línea de AVE entre Venta de Baños y Burgos -con la consecuente apertura a la circulación comercial- el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias tiene aún que completar varios pasos que, a menos de dos meses para concluir el primer trimestre, siguen pendientes.

La primera y más urgente es iniciar las pruebas a más de 200 kilómetros por hora. Este periódico se puso en contacto a mediados del pasado enero en relación a esta cuestión y el Adif aseguró que el inicio de estos test estaba previsto «próximamente». El pasado lunes, el Gobierno respondió a los senadores del PP Javier Lacalle y Cristina Ayala en los mismos términos. Esta indefinición choca con el plazo de marzo que la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, puso el pasado 31 de enero en una visita a Miranda de Ebro para la llegada de la Alta Velocidad a Burgos. Es completamente desconocido -el Adif nunca ha dado respuesta- el tiempo que requerirá probar la línea de AVE a más de 200 kilómetros por hora.

El organismo público siempre ha fiado la apertura comercial de este tramo a la homologación a 300 kilómetros por hora, es decir, la entrada en funcionamiento del sistema ERTMS -por sus siglas en inglés- o Sistema Europeo de Gestión del Tráfico Ferroviario. Sin embargo, aún no ha arrancado con estos trabajos a menos de dos meses para que se cumpla el plazo marcado por el Ministerio. Del mismo modo, para que la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria (AESF) se pronuncie, aún hay que realizar la auscultación geométrica -pruebas de peralte, alineación, gradiente, curvatura, alabeo...- o comprobar la fiabilidad, tareas para las que tampoco hay fecha de conclusión ni estimación de cuánto se pueden prolongar.

Además, se desconoce el tiempo que va a requerir la AESF para pronunciarse sobre la conformidad o no de abrir la línea de AVE Venta de Baños-Burgos (...).

(Más información en la edición impresa de Diario de Burgos de este jueves o aquí)