Fuegos artificiales

MARTÍN G. BARBADILLO
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"Es como un trance colectivo que tiene un fuerte componente individual también. Estás en medio de una multitud pero la experiencia es personal; cada uno siente, piensa, se aburre o disfruta cosas diferentes, como si los fuegos fueran solo para él"

Primera sesión de fuegos artificiales en los Sampedros de 2022. - Foto: Alberto Rodrigo

¿Qué es? Como todo el mundo sabe, son un espectáculo nocturno consistente en lanzar al aire proyectiles que llenan el cielo de colores con un sonido atronador. Aquí los sueltan en las fiestas de San Pedro y son una verdadera religión.

Edad. Tienen su origen en Asia en la Edad Media. Ignoro desde cuándo se celebran en Burgos, pero sí sé hasta cuándo van a estar en el programa: hasta la eternidad.

Fuegos artificiales hay en muchos sitios. Sin duda, pero no con un público como el de aquí. Para empezar, estamos hablando de TODO el público; asiste la práctica totalidad de personas que en ese momento se encuentran en la ciudad y hay sesiones casi todos los días de fiestas. Esto llama poderosamente la atención a los visitantes. Si te es imposible salir de casa, y careces de vistas, lo puedes ver por la tele, en directo.

Hay devoción. Lo paraliza todo: se suspenden el resto de actividades festivas, la policía corta el tráfico, la gente ocupa las calzadas y, a eso de las 23:20, diez minutos antes del comienzo, todo el mundo deja lo que esté haciendo (sea moral o inmoral, legal o ilegal) y se busca un sitio para verlos.

¿Tan buenos son? Durante años eran concurso, así que supongo que los pirotécnicos querrían lucirse. Están bien, pero el fenómeno fan de los fuegos no tiene que ver con la calidad del show, es más bien una costumbre tan arraigada como ponerse los calcetines antes de los zapatos. De hecho, he preguntado a varias personas y nadie se considera experto en castillos de artificio. Algunos incluso me han confesado que les parecen siempre lo mismo. Hay quien me ha explicado que, mientras los mira, está todo el rato esperando a que acaben, y no piensa en otra cosa. Pero todos los ven, claro.

Tanta gente contemplando algo juntos también es un espectáculo. ¿Cómo actúan? Es como un trance colectivo que tiene un fuerte componente individual también. Estás en medio de una multitud pero la experiencia es personal; cada uno siente, piensa, se aburre o disfruta cosas diferentes, como si los fuegos fueran solo para él.

Qué profundo te pones. Yo preguntaba por cómo funciona a nivel práctico. Vale. Pues al principio hay expectación; se busca un buen lugar, se espera, se pide al vecino que no empuje... Y cuando empieza la cosa se suceden los "ohhhhhh" y los "ahhhhhh" al llegar las palmeras más vistosas. Se sigue con más "ohhhhhh" y "ahhhhhh" y, salvo que sean un espanto evidente, se aplaude al final. Y, con las mismas, a seguir con la fiesta.

¿Desde dónde se pueden disfrutar mejor? Por una vez, haces una buena pregunta. Depende de varios factores: edad, amor por las multitudes, gustos estéticos... Se lanzan desde la ribera del Arlanzón, cerca del puente de San Pablo (este año desde el puente Castilla). La chavalería lleva horas ocupando las orillas hasta la Quinta y los contemplan tirados desde allí, mientras toman algo que han llevado en sus propias bolsas de plástico. Desde la avenida del Arlanzón se ven cerca, pero hay mucha gente; el paseo de Atapuerca es un buen sitio porque es espacioso y permite observarlos con la catedral y castillo al fondo, un clasicazo. En mi juventud, solíamos verlos desde Fernán González (con la catedral en primer plano) y luego volvíamos a los bares de esa calle, que habíamos abandonado para el espectáculo. Pero la casuística es infinita.

Ilumíname, nunca mejor dicho. Como ya te expliqué, he preguntado por ahí y alguien me ha dicho que de pequeño los veía sobre el techo del Renault 4 de su familia en el Crucero; otro, desde la terraza de un ático al principio de la calle Vitoria (nivel); de niño, siendo hijo de bombero, alguna vez desde el camión del cuerpo encargado de la seguridad del evento (supernivel)... Este último, tal vez sea yo mismo. Pero las cosas han cambiado, ahora hay restricciones.

¿Por qué? En 2014 ocurrió un percance. Una carcasa saltó al puente de San Pablo, se desató el pánico y hubo una avalancha con heridos. Desde entonces no se permite ver los fuegos desde las zonas más cercanas al lanzamiento. Pero estas medidas no han afectado ni un ápice al fervor de la población. Y hay más.

¿El qué? Para que te convenzas de la importancia de este evento en la ciudad, has de saber que este periódico tiene crítico de fuegos artificiales. Se trata de un experto que elabora una página después de cada sesión comentando aspectos técnicos y artísticos. No lo puedo asegurar, pero apostaría a que es el único diario del mundo que lo tiene. Te recomiendo su lectura, así podrás ir más allá de los "ohhhhhh" y los "ahhhhhh".

¿Pero cuándo es "ohhhhhh" y cuándo "ahhhhhh"? Déjalo.

Si quieres parecer integrado. En esta ocasión es muy fácil: busca un buen sitio y mira para el cielo a partir de las 23:30 horas. De todas formas, es casi imposible que puedas evitarlo.

Nunca, nunca, nunca... Digas que los fuegos donde se ven bien es en la playa.