Strunor invierte 3 millones en ampliar su planta y crecer

L.M.
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La firma burgalesa, especializada en el diseño, cálculo, fabricación e instalación en obra de fachadas singulares y cubierta, adquiere las antiguas naves de Calnort en Villalonquéjar para potenciar su área de corte y mecanizado

Strunor crea, produce e instala todo tipo de fachadas para inmuebles situados en España y diversos países de Europa. - Foto: Patricia

Que unas instalaciones se queden pequeñas es, sin duda, un síntoma que habla muy bien de la situación de una compañía. En el caso de Strunor, especializada en el diseño, cálculo, fabricación e instalación en obra de fachadas singulares y cubierta, la carencia de espacio en el que potenciar ciertas áreas les impedía poder aspirar a conseguir proyectos de una envergadura mayor. De este modo, la firma ha invertido 2,9 millones en la compra y acondicionamiento de las antiguas instalaciones de Calnort, en la calle Condado de Treviño del polígono de Villalonquéjar. 

Menos de un kilómetro separará ambos recintos, que se complementarán para poder permitir elevar los ingresos de la empresa burgalesa. En estos momentos, la decena de contratos en los que trabajan cada año les permite facturar una media de 30 millones de euros anuales, aunque su objetivo a corto y medio plazo es aproximarse a los 50. «Para poder optar a proyectos de mayor importe tenemos que cumplir una serie de requerimientos que nos exige el mercado español o europeo», explica Antonio Cobo, director general.

Entre las demandas figura la potencialización del departamento de ingeniería y la adaptación a los nuevos plazos que se ponen como condición a la hora de llevar a cabo proyectos de mayor envergadura. Una vez alcancen estos hitos podrán competir de tú a tú con las grandes empresas del sector a nivel europeo y atender los requerimientos de consultorías, ingenierías y despachos de arquitectura.

Antonio Cobo, director general, junto a un novedoso diseño.Antonio Cobo, director general, junto a un novedoso diseño. - Foto: Patricia

Para llevar a cabo tal cometido convertirán su nuevo recinto en el área recepción de materia prima, mientras que también se realizarán tareas de corte y mecanizado.El objetivo, tal y como resume Cobo, es que a sus actuales instalaciones llegue el material listo para la labor de ensamblaje y terminación.«Vamos a ganar mucho espacio al trabajar con elementos mucho más pequeños al venir cortados y mecanizados a medida», indica. Del mismo modo, aumentarán el número de líneas de montaje para acelerar los tiempos de fabricación, uno de los puntales que les demandan los contratos más grandes. 

Strunor cuenta en estos momentos con una plantilla de 110 trabajadores, 80, el grueso, en Villalonquéjar, y 30 en Madrid, donde tienen el departamento comercial y parte del de proyectos. En los próximos meses, fruto de la inversión de 2,9 millones de euros, esperan poder incrementar su organigrama en unos 5 o 10 empleados. Estos se encargarán de labores de coordinación de materiales entre las dos plantas burgalesas.

Banco de pruebas. Las aspiraciones de Strunor de alcanzar los 50 millones de facturación pasan tanto por la optimización del espacio como por la formación de sus trabajadores. Al operar en un mercado tan competitivo, la oficina técnica de la compañía burgalesa actúa a modo de incubadora.

«Vamos cogiendo personal de la Universidad de Burgos para formarles. Unos se quedan, otros van al departamento de planificación, otros a logística y otros a proyectos. En función de cómo crezcan seremos capaces de pujar por más o menos obras», resume.

Reconoce que la formación con la que salen los alumnos de la UBU es «muy buena» para lo que la empresa requiere. No obstante, suelen necesitar de 2 o 3 años para controlar todo lo que demanda el sector. También posee muy buenas referencias de la FP de los centros de la capital y la provincia. «Tenemos muy buena cantera», admite.

Con respecto al precio de los materiales, Cobo confiesa que llevan un año y medio «de auténtica locura». «La mayor parte de proyectos que teníamos para contratar hasta mediados de 2022 se han retrasado hasta el segundo semestre», sentencia.

Obras de autor repartidas por todo el mundo. Muchos son los edificios repartidos por España y Europa que cuentan con la firma y el sello de Strunor. El Instituto de Tecnología de Dublín, las torres Victoria Regina y Multi en Bruselas son quizás sus buques insignia.

«Los controles que imponen otros países son muy exhaustivos. Aprendemos mucho trabajando fuera de España», apunta Antonio Cobo. También se muestra orgulloso de una obra en un inmueble en Luxemburgo con un recubrimiento de 8.000 m2 pero sobre una estructura de madera o el edifico 99 Lagasca de Madrid del arquitecto Rafael de la-Hoz.

La firma burgalesa nació en 2005 y a los 3 años su facturación alcanzó los 6 millones de euros. Hasta 2015 se mantuvo estable, ya que entre medias abrieron una fábrica en Brasil que llegó a ingresar 30 millones. «Cuando llegó la crisis financiera a Sudamérica cerramos y nos volvimos a centrar en España», recuerda. El mercado nacional se les quedaba pequeño, por lo que se enfocaron en Europa. Desde 2016 han logrado casi cuadruplicar su facturación.