Trespaderne pide permiso para poder aparcar en las travesías

A.C. / Trespaderne
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El Ayuntamiento argumenta que la reciente prohibición de aparcar está restando clientes a comercios y hostelería y aumenta la velocidad

La travesía muestra un aspecto desolador ante la ausencia de aparcamientos y los negocios notan la falta de clientes. - Foto: A.C.

La prohibición de aparcar en las travesías de Trespaderne, la calle Bilbao y la calle Miranda, donde se concentra la mayoría del comercio y la hostelería, suscitó protestas entre clientes y empresarios desde un primer momento. Pasados seis meses, los negocios confirman que han perdido clientela y el Ayuntamiento acaba de solicitar esta semana por escrito al Servicio Territorial de Fomento de la Junta de Castilla y León y a la Subdelegación del Gobierno la autorización necesaria para modificar el eje de las dos travesías y trasladarlo entre 80 centímetros y un metro a la derecha para ganar dos metros en el margen izquierdo que permitan delimitar y señalizar una hilera de plazas de aparcamiento tanto en las calles Bilbao y Santander.

El pasado día 6, nueve comercios y negocios de hostelería de la localidad registraron en el Consistorio una petición en este mismo sentido. En ella destacaban el «perjuicio e incomodidad» que la prohibición está causando, sobre todo, entre personas mayores con menos movilidad que precisan de un aparcamiento cercano al lugar donde realizan sus compras. Trespaderne es una de las cabeceras comerciales de la comarca y atrae a vecinos de muchos pequeños núcleos del entorno, al contar con dos supermercados, carnicería, pescaderías, ferretería, farmacia, librería, peluquerías o bares y restaurantes, entre otros establecimientos. Sus titulares temen que muchos se escapen a otras poblaciones ante la falta de aparcamiento.

Algunos ya han comprobado la pérdida de clientes, como han manifestado a DB, y muchos escuchan las quejas y amenazas de la clientela que llega de otras localidades y precisa de un aparcamiento. Los empresarios y el Ayuntamiento coinciden en que se ha generado «una sensación subjetiva de vacío o soledad en las dos calles principales del pueblo, reduciendo el atractivo que genera la actividad en una zona de servicios». Hay hosteleros que escuchan a los clientes como, en ocasiones, no se detienen a consumir, porque da la sensación de que está todo vacío.

Lo que si es evidente es que quienes tienen que aparcar dan más vueltas por calles aledañas, como argumenta el Consistorio ante Fomento y ello «genera un mayor tráfico en las calles secundarias», además de conflictos cuando los coches aparcan frente a puertas de garaje. A todo ello se suma que, como constatan desde el Consistorio y los negocios al pie de las travesías se ha «aumentado de manera notable la velocidad de circulación en las travesías gracias a la anchura que ha ganado».

58 plazas más. Según el estudio técnico realizado por el Consistorio se podrían crear 58 plazas de aparcamiento, en caso de que Fomento autorice la nueva señalización horizontal sobre las dos travesías y la instalación de la correspondiente señalización vertical, que el Ayuntamiento está dispuesto a asumir económicamente, según ha confirmado la alcaldesa Isabel López. La idea sería permitir el aparcamiento en lado izquierdo de la BU-550 hasta la confluencia con la calle Duque de Cantabria y en la BU-530 hasta la calle Merindades de Castilla La Vieja. Asimismo, el Consistorio plantea que en las aceras se crearían mesetas de acercamiento a los pasos de peatones para mejorar la accesibilidad y seguridad de los viandantes.

Con el cambio, los carriles para los vehículos, ahora de 3,5 metros más 0,5 de arcén, se reducirían a algo menos de 3 metros. Pero los empresarios argumentan que en la calle San Roque de Villarcayo se da una circunstancia similar y se permite el aparcamiento a un lado.

Algunos empresarios también plantean al Ayuntamiento la posibilidad de que habilite un aparcamiento público colectivo, haciéndose con suelo privado, si fuera necesario, «que haga una gestión viable y adecuada de aparcamientos en las travesías o en otro punto». Y es que en general, la localidad carece de plazas suficientes de aparcamiento y la mayoría de sus calles secundarias son estrechas.

También ven alguna ventaja a la prohibición, como el hecho de que los proveedores ahora aparcan sin dificultad, pero esos espacios también podrían ser regulados por el Consistorio municipal para que, en el caso de que se autorice de nuevo a aparcar, se dejen libres zonas de carga y descarga a primera hora de la mañana.

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