Se trata de una medida implantada por la Consejería de Educación hace ya dos cursos, si bien el malestar de las familias de los alumnos de Infantil y Primaria crece con el paso del tiempo y las acciones de protesta se intensifican para que la Administración "sea consciente de que se trata de un problema". La decisión de acortar el horario lectivo en 60 minutos tanto en junio como en septiembre sigue provocando el rechazo frontal de la Federación de Asociaciones de Madres y Padres (Fampa) al estimar que provoca consecuencias negativas para la conciliación y que no está sustentada en "razones pedagógicas".

El presidente de la entidad, Francisco Sánchez, denuncia que vuelve a contemplarse en el calendario para el próximo curso sin que se haya consultado con las familias a través de su principal órgano de representación, los consejos escolares. "No sabemos si se trata de un calendario escolar o laboral", critica en referencia a que fue acordado por la Consejería con los representantes de los trabajadores en la Mesa Sectorial, al tiempo que censura que la Administración "no parece tener claro que el alumno está en el centro de la educación".

Sánchez insiste en que esta decisión tiene que ir acompañada de "soluciones" para facilitar la conciliación de la vida laboral y familiar por cuanto su repercusión "supone más gastos para los padres y madres" al tener que cubrir esa hora con medidas alternativas. El departamento que dirige Rocío Lucas incrementó la partida de subvenciones a las Ampas con el fin de que fueran estas las que organizaran actividades para completar ese horario, aunque "no se trata de ayudas reales porque la cuantía que se recibe sirve para desarrollar ese programa, pero todo el curso" (...).

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