El HUBU incorpora el láser para quitar hemorroides y fístulas

GADEA G. UBIERNA
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Los cirujanos generales han operado en menos de un año a unos 20 pacientes mediante esta técnica, en la que se agiliza la recuperación y no hay tanto dolor

Foto de archivo del bloque quirúrgico del HUBU. - Foto: Valdivielso

Cirugía General ha incorporado a su equipamiento el láser para la patología perianal, que es la terminología técnica para referirse a las hemorroides y las fístulas que se producen alrededor del ano. En los nueve meses transcurridos desde que empezaron a utilizarlo han quitado hemorroides a unos 14 pacientes y fístulas a otros «cinco o seis», según información oficial del servicio, en el que destacan que el HUBUes «el único hospital público de la Comunidad» con el láser que los cirujanos generales ya manejan en Burgos. Entre sus principales ventajas destaca que el paciente sufre menos tras la intervención porque hay menos dolor y, también, que se recupera mejor y puede incorporarse antes a sus actividades cotidianas.

El jefe del servicio, Miguel Ángel Álvarez, explicó que es «muy importante» para el HUBU disponer de este equipo, aunque matizó que el láser no puede emplearse en toda la patología. «No podemos emplearlo para todas las hemorroides ni para todas las fístulas», señaló, añadiendo que «hay que valorarlo en consulta porque la patología tiene que reunir unas características concretas». 

Sin embargo, subrayó la relevancia que tiene disponer del láser por las ventajas que, de entrada, tiene para el paciente una cirugía menos invasiva y, segundo, porque añade una opción terapéutica al paciente. «En fístulas muy complejas, por ejemplo, a veces es necesario hacer grandes cirugías y, en cambio, con el láser no solo minimizas la operación, sino que también reduces los daños al esfínter», dijo el cirujano, puntualizando que «la efectividad es similar a la cirugía tradicional, ni mejor ni peor». Pero, apunta, si hay posibilidad de emplear una técnica menos lesiva, mejor. «Y si no funciona, vas a otras técnicas», afirma.

Este láser era uno de los equipos que el servicio había incluido en su solicitud de renovación y adquisición de equipamiento a la concesionaria, Eficanza, que es la propietaria tanto del edificio del hospital como de todo el contenido. Y esto incluye los aparatos. En este caso, fuentes oficiales afirman que se atendió a la solicitud «con rapidez», por lo que hace casi un año que los cirujanos generales lo están utilizando en la actividad ordinaria. «Este láser lo encuentras en hospitales privados, pero, que yo sepa, no lo tiene ninguno público de Castilla y León», comentó.

Más Da Vinci. Hace dos años que Miguel Ángel Álvarez se puso al frente de Cirugía General, que es uno de los servicios quirúrgicos con mayor presión asistencial del hospital por la cantidad y diversidad de las patologías que le competen. Así, el cirujano afirmó desde el primer momento que el objetivo era reducir las listas de espera (1.433 personas pendientes de operación, según los últimos datos oficiales), para lo que iba a tratar de potenciar la cirugía sin ingreso (ver información adjunta) y la mínimamente invasiva; es decir, tanto la laparoscópica como la robótica.  

Sin embargo, la pandemia ha ralentizado algo la implantación de esta última, ya que no solo hay que formar a los cirujanos para que manejen el robot Da Vinci, sino que requiere de más tiempo de quirófano. Y eso colisiona con la falta de anestesistas que arrastra el HUBUdesde hace años, que se ha agravado con la crisis de la covid, ya que ahora también hay menos personal de enfermería del necesario.

En cualquier caso, Álvarez explica que el robot se utiliza, sobre todo, en cirugías colorrectales y, ahora, se está implantando en las pancreáticas. «Vamos despacio, pero queremos introducirlo en todas las subespecialidades de cirugía», dijo.

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