La colilla que señalaba a Rodrigo Barrio es de un ascensorista

I.E.
-

En 2017 el juzgado requirió el perfil genético de los operarios de la empresa del montacargas y el de uno de ellos coincide con el del filtro de un cigarrillo hallado junto al cuarto de las máquinas y que fue indicio contra el hijo mayor

Un agente de la Policía Científica se aprestar a entrar en el portal del bloque de la calle Jesús María Ordoño donde se cometió el crimen, hace 18 años. - Foto: Alberto Rodrigo

La investigación llevada a cabo durante los últimos años sobre el triple crimen, con el foco puesto en Ángel Ruiz, ha dado lugar a descubrimientos curiosos y al mismo tiempo reveladores. Uno de los más destacados tiene que ver con la colilla de un cigarro que apareció en la puerta de acceso al cuarto de ascensores. La tesis del equipo investigador que dirigió las pesquisas cuando Rodrigo Barrio, hijo mayor del matrimonio asesinado y único superviviente de la matanza, era el principal sospechoso vinculó ese vestigio con una cajetilla de tabaco que había escondida en el cuarto de baño.

La teoría era que el muchacho entró a cambiar esos cartones por otros para no relacionar la marca con la del filtro de cigarro encontrado en esa parte superior del edificio, del número 14 de la calle Jesús María Ordoño. Pues bien, después de muchos años, en concreto en 2017, el Laboratorio de Biología-ADN de la Unidad Central de Análisis Científicos de la Comisaría General de Policía Científica determinaba que los restos biológicos de esa colilla coincidían con el perfil genético de un técnico de ascensores de los que acudían a realizar labores de mantenimiento en aquella época. Sí, el Juzgado de Instrucción número 2 de Burgos, que dirige la investigación, dio autorización para tomar muestras de ADN a los 4 operarios que solían ir al edificio para realizar arreglos del montacargas. Catorce años tuvieron que pasar para que se llevara a cabo una diligencia que ahora se sabe que invalida un indicio que 'puso contra las cuerdas' en su momento al hijo mayor de los Barrio.

En el Audi A-4 de Salvador que heredó su hijo Rodrigo tampoco fueron hallados el pasado año, tras la inspección llevada a cabo en la Comisaría de Orense, ningún vestigio que implique ni al hijo mayor ni al propio Ángel Ruiz. Todos los frotis llevados a cabo en distintas partes del vehículo contenían restos biológicos, pero ninguno con ADN nuclear que permitiera compararlo con un perfil genético indubitado del vecino de La Parte de Bureba. De manera que el automóvil también queda descartado como fuente de evidencias que contribuyan a resolver el triple crimen.

Todos los detalles sobre este sumario, en la edición impresa o aquí