El pez más reivindicativo

S.F.L.
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Teresardina ha dado la nota de alegría al Carnaval de Briviesca con sus participaciones en varios actos, pero ha recordado la falta de oferta cultural que hay en la ciudad. Multitud de vecinos quisieron despedirla en su entierro

El pez más reivindicativo - Foto: S.F.L.

Teresardina no pudo soportar el disgusto al enterarse que el cine moderno, la sala de exposiciones y el teatro habían cerrado en Briviesca. Acompañada de decenas de niños y adultos hasta la taquilla del antiguo local y convencida de que podría disfrutar de una buena película, sufrió un infarto al comprobar que había desaparecido. Las enfermeras de la cultura atendieron a la actriz en plena calle pero nada pudieron hacer por su vida. Con el grito «hasta cuando, hasta cuando, Briviesca sin teatro», los allí presentes exigieron mayor oferta de ocio en la ciudad.

De riguroso luto y con la música de la charanga de fondo, llegaron los asistentes al entierro del pez, que había permanecido encerrado en casa desde que la época más boyante culturalmente hablando de Briviesca comenzó a decaer. La mocatriz (modelo, cantante y actriz) soñaba con congregarse de nuevo con sus allegados en el cine, entender la visión de los artistas en la sala de exposiciones de la Casa de Cultura o colaborar con las distintas asociaciones en la multitud de eventos que se organizaban, pero no consiguió alcanzarlo antes de arder en el fuego.  

El «estado cultural actual del municipio y una concejalía de Cultura y Deportes que se centra mucho más en la segunda área» fue el argumento con mayor presencia en la comitiva fúnebre que acompañó a la sardina desde la plaza Mayor hasta el aparcamiento de la calle Doctor Rodríguez de la Fuente. «Quiero recordar, en especial a Esther Zugasti (edil de Cultura), que mens sana in corpore sano. O sea que ejercitad la mente tanto como el culo, besugos», dejó escrito la sardina en su testamento, que leyó uno de los miembros de Teatro Virovesca, la asociación que organizó varios actos del Carnaval y el desfile del funeral.

La primera sardina carnavalesca de la ciudad nació de la mano de la agrupación briviescana con el afán de que se convierta en un icono de la festividad. Hasta ahora, la construía un carpintero con la única finalidad de quemarla. Sin embargo, el proyecto de los actores ha ido mucho más allá. A lo largo de los cinco días de fiesta, el personaje ha participado en múltiples actividades, desfiles, bailes, se ha ido de compras, de vermú y ha compartido momentos divertidos con todos. «Cada año, tanto el personaje como la temática variará», avanza Javier Santaolalla, director de Teatro Virovesca.