La falta de viviendas para alquilar en el medio rural es un problema añadido a la despoblación ya que no permite la posibilidad de asentamiento de familias que así lo desean. El alcalde de Riocavado de la Sierra, Martín Hoyuelos, es consciente de este hándicap, por eso decidió adquirir un viejo inmueble en desuso de la localidad que se derribará próximamente para después convertirlo en dos viviendas tras una inversión que rondará los 230.000 euros. «Consideramos vital que exista esta oferta, por ello el Ayuntamiento ha tomado esta iniciativa», recuerda el regidor.
El proyecto se encuentra actualmente en fase de presentación de ofertas para la construcción de la obra civil, que se lleva el grueso del gasto, 204.000 euros, ya que el resto corresponde a la redacción del proyecto y a la equipación de ambos inmuebles, ya que estarán dotados con todo lo necesario para entrar a vivir y ocuparán una superficie total de 130 metros cuadrados entre las tres alturas. Una de las viviendas ocupará la planta baja del edificio. Contará con cocina, baño y amplios dormitorio y salón comedor. «Nuestra intención es alquilar esta vivienda junto con la explotación del bar, cuyo contrato de arrendamiento culmina en marzo del año que viene», señala Hoyuelos, que considera esencial tanto que un pueblo cuente con servicio de bar como ofrecer una vivienda atractiva para poder residir y que anime a trabajar y a establecerse en la localidad.
Respecto a la denominada como vivienda 2 ocupará la primera planta y el bajo cubierta y tendrá acceso independiente a través de escaleras por la planta baja. En esa primera planta habrá un baño, una cocina, un amplio salón comedor y un dormitorio y bajo cubierta se ha diseñado otro gran dormitorio y un baño. Tendrá capacidad para entre 4 y 8 personas y en este caso la intención del Ayuntamiento es explotarla como casa de turismo rural. «Todavía no hemos decidido como se llevará a cabo la gestión, pero una posibilidad es que se encargue de su funcionamiento la misma persona que alquile el bar. Creemos que se pueden generar entre 2 y 3 puestos de trabajo con esta iniciativa», estima Hoyuelos.
Si al final el arrendador el bar no está interesado en instalarse en la vivienda de la planta baja, desde el Ayuntamiento le darían otro uso. «Trataríamos de alquilársela a personas que la vayan a utilizar de forma permanente», explica. El periodo de ejecución de las obras está valorado en 12 meses, por lo que para el verano de 2023 podría estar concluido. «En la oferta valoramos con más puntos que se acorte este plazo, ya que consideramos que se podría concluir en 10 meses», reconoce el alcalde, que puntualiza que contarán con ayuda económica de Agalsa y de la Diputación Provincial para poder acometer este proyecto. «Hemos pedido un crédito hipotecario porque tampoco queremos que la construcción de las viviendas condicione la realización de otras iniciativas que pueden ser necesarias», puntualiza.