Quejas por cortes de calles y ruido

C.M.
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Las pruebas deportivas en la ciudad provocan molestias a los burgaleses y tienen incidencia en el transporte público. Por ejemplo, una maratón dura seis horas

Participantes en la maratón y media maratón celebrada en Burgos en octubre de 2019. - Foto: Luis López Araico

Los participantes en estos eventos deportivos disfrutan a la hora de poder materializar sus aficiones o sus iniciativas solidarias en la vía pública pero no tanto los vecinos que residen en las calles o zonas que se tienen que cortar para garantizar la seguridad, dado que trastocan su actividad cotidiana teniendo que dar un rodeo o no pudiendo salir de los garajes de sus casas mientras dura la prueba. 

Lógicamente no es lo mismo una maratón que dura seis horas que un cross de 40 minutos. De hecho, la Policía Local ya ha advertido de los problemas que supone tener cortado al tráfico tanto tiempo un circuito de más de diez kilómetros al que los corredores deben dar cuatro vueltas. «Por ejemplo, cuando se corta el puente de San Pablo durante la maratón a los residentes de la zona sur solo les queda la autovía de Ronda para acudir hasta el hospital», señaló el gerente de Instalaciones Deportivas.

A ello se añade el ruido que generan estas actividades. Y es que además de vallas, hinchables o carteles, estas competiciones vienen acompañadas de música a todo volumen o la voz del animador de turno, lo que no siempre resulta agradable si la prueba se desarrolla a primera hora de un día festivo o bien entrada la tarde. 

Tanto si los actos deportivos afectan al tráfico como si no, la regulación que supervisa el Servicio de Deportes establece unos límites que no se pueden sobrepasar. Son 90 decibelios medidos a 5 metros de distancia del foco sonoro. Así mismo el ruido producido no podrá transmitir al ambiente interior de las viviendas o locales niveles superiores a los establecidos en la Ordenanza Municipal de Ruido. Son los mismos decibelios que se marcan para las obra de construcción, modificación, reparación o derribo de edificios o infraestructuras. Solo están ligeramente por debajo de lo tolerado en las discotecas y espectáculos musicales, donde se llega a los 95. 

Por el momento, el Ayuntamiento de Burgos no dispone de una ordenanza a través de la que se cobre alguna tasa por la celebración de los este tipo de eventos, ni siquiera por los que requieren cortes de tráfico o el suministro de vallas para instalar en el recorrido por parte del área de Almacenes Municipales como sí tienen otras ciudades.