Es la cantidad que los escolares de 8 años de la ciudad de Burgos van a recibir en la nueva campaña de Fomento de la Lectura para la compra de libros. Será en un bono fruto del convenio de la Asociación de Libreros de Burgos y la Gerencia Municipal de Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Burgos. Los colegios de enseñanza primaria serán los encargados de entregar a los niños los bonos, que podrán canjear exclusivamente en las librerías asociadas. Sólo podrán adquirir libros de lectura adecuados a su edad. 

Este año se celebra la tercera campaña y, hasta ahora, se han beneficiado unos 3.900 alumnos burgaleses, lo que supone que la capital de la provincia ha invertido en facilitar el acceso a la lectura de sus menores 93.600€.

¿Por qué cuento todo esto? Porque me parece una iniciativa muy buena que se podría aplicar en la Ribera. Habrá quien diga que mi opinión es interesada porque soy dueña de una librería, pero te aseguro que no es así. Es más, podría optar a esa campaña, pues estoy asociada; pero considero que el dinero de los burgaleses debe quedar en Burgos, igual que el de los arandinos debe quedar en la Ribera. Hasta se lo he planteado a algún grupo político que me ha querido escuchar, pero aprovecho este medio para recordárselo y que se enteren el resto. 

Hay muchas familias que no pueden permitirse adquirir todos los libros que los pequeños precisan a lo largo del curso y, aunque tenemos una maravillosa biblioteca, no hay para todos. Además, es una gran oportunidad para que una parte del presupuesto destinado a libros revierta en la localidad, ya que ahora mismo sólo uno de los seis proveedores de la biblioteca municipal es arandino. Nuestro dinero se va fuera. 

Ahí lanzo la idea. Y si la copian, que lo hagan tal cual, por favor. A los compañeros libreros, los animo a asociarse para hacer fuerza y tratar que la Ribera se convierta en un referente cultural.