Los escombros se acumulan detrás del cementerio municipal de Aranda de Duero. Ya hay al menos tres montones con todo tipo de desperdicios: desde trozos de ladrillos y azulejos, frigoríficos viejos, envases de plástico, hasta colchones o tapas de water. Tampoco faltan unos cuantos sillones, neumáticos e, incluso, rulos del pelo. Al parecer, hay quienes aprovechan que se trata de un sitio relativamente oculto para arrojar ahí sus escombros en lugar de depositarlos en el punto limpio. Y eso que apenas cinco minutos en coche separan ambos lugares.
Cada vez son más los vecinos que denuncian el incivismo que demuestran este tipo de hechos. "Cuando lo limpian, apenas dura una o dos semanas", lamenta un señor que suele pasear por la zona. "No hay manera, deberían poner cámaras", añade otro. No es el único foco de insalubridad en la capital ribereña. Sólo en Santa Catalina, la asociación de vecinos tiene localizadas al menos seis escombreras en las Eras, Cantaburros o al final del camino Pizarro. Para frenar esta situación, en la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento arandino avanzan que impulsarán "una actuación integral de escombreras" por ser un tema que "preocupa mucho".
Dentro de esta actuación integral, los técnicos explican que se requieren más sanciones, así como formación orientada tanto a empresas como a ciudadanos para que cumplan con la obligación de llevar los restos de obras menores hasta el centro de tratamiento de residuos, en la carretera de La Aguilera, y se evite el efecto llamada que conlleva el hecho de que haya montones de escombros por distintos puntos de la ciudad. De hecho, en algunos casos, la basura se ubica a escasos metros de bloques de viviendas, como sucede en las Eras de Santa Catalina.
De momento, desde la Concejalía de Medio Ambiente, que han solicitado la colaboración de la Junta de Castilla y León para las zonas fuera del casco urbano, subrayan que en los últimos meses se han eliminado tres escombreras y que se están llevando a cabo procesos sancionadores, "que es importante", como recalcan los técnicos. En los tres casos citados, ha sido el autor del vertido quien ha procedido a retirarlo, evitando que este coste recayera en las arcas municipales.
Como explican desde la Guardia Civil, la casuística con las escombreras resulta muy amplia. Lo primero que se hace es ver si está en terreno municipal o particular y analizar el tipo de vertido. Una vez verificado, se procede a investigar quién ha arrojado los escombros, porque sería esa persona física o jurídica la encargada de retirarlo. En su ausencia, se localizaría al dueño del terreno: bien un particular, bien el ayuntamiento. En el caso de la escombrera del cementerio, una parte de la parcela es privada y otra municipal, lo que limita la actuación del Consistorio. Además, para denunciar la Policía ha de pillar 'in fraganti' al infractor.
Limpieza de pintadas. En la Concejalía también preocupan las pintadas y excrementos de perros que salpican las calles. Desde que la alcaldesa emitió un bando para recordar que existe un servicio de limpieza de los grafitis, las solicitudes se han disparado.
Comenzarán por espacios públicos y continuarán por orden de llegada de las peticiones, aunque son conscientes de que no pueden abarcar todo. "Se limpia y a los dos días vuelven las pintadas", lamentan al respecto.
Mientras, los pipican se quedan sin bolsas a las 10 de la mañana. Y, por si fuera poco, estos días suman siete expedientes sancionadores a jóvenes por orinar en la calle.