Con un uniforme más elegante que los que Gracita Morales coronaba con una cofia, abre la puerta de Castilfalé el mayordomo de Palacio. Ataviado con frac, sombrero de copa, pajarita y guantes blancos, zapatos bicolor y fino bigote atiende a los invitados de los condes. «Siéntanse como en su casa». Y así lo hacen los 25 asistentes, burgaleses y turistas procedentes de Granada, Albacete o La Rioja, que estrenan el recorrido teatralizado por la actual sede del Archivo Municipal, que se retoma tras los dos veranos de pandemia. 

Mientras el impoluto sirviente acude a anunciar a sus señores la ilustre visita, Fátima Domingo, de nuevo al frente de esta peregrinación, va desvelando la historia de este inmueble, uno de los mejores ejemplos de arquitectura civil del siglo XVI, y presentando a los distintos moradores hasta llegar a García Muñoz Jalón y Asunción Vinuesa Bessón, que, sintiéndolo mucho, no podrán recibir. Su estado, anunciará el mayordomo con solemnidad, no se lo permite. 

Ni la guía ni los invitados se achantan. Y ya que están allí descubrirán rincones, anécdotas, tesoros y personajes relacionados con este edificio. Un viaje trufado por las espontáneas y oportunas interrupciones del pintoresco mayordomo, a ratos servicial y a ratos caradura, que lo mismo se desenvuelve con maneras de otra época, sin hacer ascos al Torres 5, que hace magia, también llamada realidad aumentada, con una de sus bandejas de plata y consigue entablar una comunicación con quienes transitaron por allí, pero pasaron a mejor vida. 

Se escuchará, entre otras, la voz de la condesa desde el retrato que le hizo Marceliano Santa María, en un alegato a favor de la gente sin recursos, por la que siempre veló con sus obras de caridad, o de la escritora Maricruz Ebro, que provocará a todos para cantar el Burgalesa, burgalesa, manojito de claveles tras tomar el té, o un vermú con queso y aceitunas, más propio de esas horas. Lo sirvió ayer con mucho estilo Miguel, un niño que se convirtió en un entregado ayudante del peculiar amo de llaves. Este, tras despedirse de señoras y caballeros, confesaba sus muchas ganas de volver a escuchar aldabonazos en la puerta de palacio tras dos años en silencio. Este verano, vuelven a sonar. 

Una propuesta gratuita para las mañanas del estío

El mayordomo de Palacio se encarama a la agenda como una propuesta gratuita para las mañanas de verano. Castilfalé abrirá sus puertas el 8, 9, 17, 22, 23, 24, 29 y 30 de agosto y 12, 13, 14, 19 y 20 de septiembre. La visita teatralizada empieza a las 12 horas y las invitaciones se reparten en la Oficina de Turismo (Nuño Rasura, 7) a partir del lunes de cada semana y con cuatro como máximo por persona. El horario de este espacio es de lunes a domingo de 9 a 20 horas.

La compañía burgalesa Arawake Theater desarrolla la parte teatralizada de estos recorridos conducidos por la guía de turismo Fátima Domingo, que acepta con placer las interrupciones de este sirviente, interpretado por Jorge da Rocha desde que se pusieron en marcha en el verano de 2016. Siempre con éxito, se repitieron en los sucesivos hasta 2019 y regresan al calendario capitalino tras los dos años de pandemia.