Buen rollo al ritmo de la música

JORGE F. MARIJUÁN
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Cada vez más bañistas de la capital se acercan a disfrutar de su buen ambiente

Buen rollo al ritmo de la música - Foto: Luis López Araico

La cercanía con la capital, los precios de la taquilla, la fama de los pollos asados, la música y sobre todo el buen ambiente, hacen que las piscinas de Ubierna se llenen cada día de verano de bañistas de Burgos y pueblos cercanos. Walter y Joseba, de Quintanaortuño, son un claro ejemplo. «Venimos todas las tardes que podemos», comentan. En la misma línea se expresan Laura, Emi, Marina, Paula y Natalin, que aseguran que les gustan más estas piscinas que las de la capital, «hay mejor ambiente, no hace falta gorro, están siempre muy limpias y nos encanta las canciones».

Hablando de música, no todos comparten los mismos gustos. «Un poco menos de reaggeton no vendría nada mal», confiesa Sara entre risas, dejando claro que sus preferencias no siempre coinciden con lo que suena en las piscinas; ella visita las instalaciones junto a su pareja Sergio y sus hijos, Julia y Damián, desde hace años.

«He venido a pasar la tarde, he podido disfrutar de un buen café y de una hamaca por tan sólo 1 euro», cuenta Carmen, de Burgos. Y es que las piscinas de Ubierna tienen a su disposición un sistema de alquiler de tumbonas y sombrillas, que muchos bañistas aprovechan para disfrutar de algo de sombra, sobre todo este caluroso verano.

Pedro, el socorrista, alaba el buen ambiente que se vive en estas piscinas de la Merindad de Río Ubierna, «me encanta el buen rollo que hay en las instalaciones; los fines de semana está todo a reventar de gente con ganas de pasárselo bien, aunque los domingos es más familiar», apunta. No obstante los bañistas no le causan muchos problemas, el joven destaca el peligro que tiene el bordillo y los saltos de espalda. «La gente es muy educada, les llamas la atención y te hacen caso», confiesa. También ayuda en los cursos de natación que hay de lunes a viernes, a los que se han apuntado muchísimos niños del pueblo.

Uno de los secretos del gran éxito de estas piscinas proviene de la excelente gestión por parte de César, de Burgos. «Este verano se notan las ganas de comida, buen ambiente y música después de los años de restricciones», destaca el burgalés, que tras 11 años ha visto el gran progreso de su negocio. «Al principio venía menos gente, pero según se han dado a conocer ha aumentado, aunque siempre están los fieles», apunta el empresario. En cuanto a la música, es consciente de que los gustos abundan, por ello intenta crear una lista de reproducción muy variada. 

«Yo creo que los bañistas están cómodos, se refleja en sus sonrisas y en las reseñas que nos llegan a través de internet», confirma. Y es que el bar es otro de los atractivos del recinto, que con sus precios populares, su limpieza y su gran ambiente genera colas todas las tardes. César, además de bebidas, ofrece bocatas, pinchos o pizzas, aunque el plato estrella es el pollo asado.