La lucha contra los grafitis que invaden fachadas, paredes, mobiliario urbano y casi cualquier superficie pintable en Aranda sube de intensidad y la Concejalía de Medio Ambiente ha estrenado esta semana una campaña intensiva para eliminar algunos de los espacios colonizados por los grafiteros en pleno casco antiguo de la ciudad. Una labor para la que se precisa de la colaboración ciudadana, ya que la mayoría de las pintadas están en propiedades privadas y sus dueños tienen que autorizar cualquier tipo de actuación. Hasta ahora, se han registrado 222 solicitudes para la limpieza de grafitis y los técnicos municipales reconocen que «no damos a basto con todo».
Con el fin de abarcar el mayor número de peticiones de eliminación de pintadas, desde julio se ha reforzado el equipo de la empresa que limpia las calles con agua a presión. Estos dos operarios se centran desde esta semana en actuar de manera integral en calles completas, para ir ampliando luego su radio de acción. El primer punto en el que están trabajando es en la Plaza Mayor y las calles que desembocan en ella. El martes le tocó el turno a la calle Santa Lucía, donde las paredes del gran solar que también da a Prado Marina y Empedrada ya están libres de pintadas. Ayer el foco se puso en la calle La Miel, que desemboca en la iglesia de Santa María. «Queríamos empezar por los sitios más visibles, por grupos de calles, para luego ir ampliando a otras calles y otros barrios», especifican desde la oficina de Medio Ambiente.
Estos trabajos suponen al Ayuntamiento de Aranda una factura anual que alcanza los 45.000 euros, pero resulta a todas luces insuficiente. «Lamentablemente, todos los esfuerzos que se realizan no son suficientes para paliar los ataques de un grupo de incívicos que parecen considerar que los elementos públicos y las fachadas son suyos», expresa la alcaldesa arandina, Raquel González, que pone el acento en que «además de la línea de reparación estamos aplicando con dureza la línea de las sanciones».
La calle Santa Lucía es una de las radiales de la Plaza Mayor en la que primero se ha actuado contra los grafitis. - Foto: DB / I.M.L.Tanto es así que en lo que llevamos de año ya se han tramitado 12 expedientes sancionadores por realizar grafitis en la vía pública, de los cuales seis ya están finalizados y pagados mientras que los seis restantes están en plena tramitación. «La Policía Local les está pillando con las manos en la masa y no les queda otra que reconocerlo, por eso pagan pronto bastantes y tienen la rebaja a la mitad», apunta González, que achaca este incremento de multas a la mayor presencia de agentes en la calle. «Es un intento de ir contraponiéndonos a la acción vandálica», insiste la alcaldesa, que confía en que estas medidas vayan acabando con la imagen de abandono de las calles arandinas.
Las sanciones por realizar pintadas en el espacio público van de los 750 a los 1.500 euros, «y algunas van a ser más graves porque se les ha pillado hasta ocho firmas idénticas en diferentes espacios» avisa González, ya que a los reincidentes se les puede poner una multa de entre 1.500 y 3.000 euros. A mayores, si lo que se ensucia con esas pintadas es un bien patrimonial calificado como BIC, el o los autores podrían enfrentarse a un proceso judicial que, de ser condenados, generaría antecedentes penales.