Libre un agresor sexual de Medina tras rebajarle la pena

A.C. / Medina de Pomar
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Aplicando la nueva ley del 'solo sí es sí', los magistrados han reducido a solo 3 años la condena de 4 años y 6 meses que se le impuso por los hechos ocurridos en las fiestas del Rosario de 2019

La violación se produjo en el pinar de la Revilla en la madrugada del 13 de octubre de 2019. - Foto: A.C.

El joven condenado a cuatro años y seis meses de prisión por una agresión sexual ocurrida en Medina de Pomar la madrugada del 12 al 13 de octubre de 2019 durante las fiestas patronales de la Virgen del Rosario ha podido pasar parte de la Navidad en libertad tras ser revisada su condena en base a la ley del 'solo sí es si'. Con esta nueva norma, la Audiencia Provincial ha emitido ya el cuarto auto de revisión de una condena y, en este caso, ha reducido la pena a 3 años, un periodo que el reo había cumplido ya en noviembre. El auto mantiene la prohibición de que el agresor se aproxime a menos de 300 metros del domicilio, lugar de trabajo o cualquiera de los que frecuente la víctima durante diez años y tampoco podrá durante ese tiempo comunicares con ella por medios escritos, orales o electrónicos.

El fiscal pedía para el agresor de 8 años de prisión, pero el pacto alcanzado entre las partes -acusación y defensa- en octubre de 2021 la redujo a 4 años y seis meses de prisión y se le aplicaron las atenuantes de actuar bajo la influencia del consumo de estupefacientes junto con embriaguez y la reparación del daño.

La entrada en vigor de la nueva ley garantía integral de la libertad sexual plantea para las violaciones, como la ocurrida en Medina de Pomar, una pena de prisión mínima de 4 años que puede llegar a 12, mientras que la anterior normativa establecía la mínima en 6 años y la máxima en 12. Así, los magistrados de la Audiencia señalan que «de haberse cometido los hechos bajo la nueva norma penal, la pena prevista iría desde los 4 a los 12 años de prisión, y al concurrir dos atenuantes y haberse bajado un grado en la sentencia dictada, ahora iría de 2 a 4 años de prisión, mientras que con la legislación anterior iba de 3 a 6 años». «Habiéndose impuesto la de 4 años y 6 meses, con la legislación actual procede la revisión de la pena a 3 años en proporción a la pena anteriormente impuesta», concluye el auto.

Los magistrados de la Audiencia destacan como la nueva ley endurece las penas, al igualar el antiguo delito de abuso sexual con el de agresión sexual o violación, pero «no hay en ella disposición alguna relativa a la revisión de las condenas». «Por ello -continúa el auto- se crea un estado de incertidumbre, que podrá resolverse acudiendo a las normas generales y anteriores disposiciones transitorias». Una de estas normas, el artículo 2 del Código Penal, establece que «tendrán efecto retroactivo aquellas leyes penales que favorezcan al reo».

Múltiples lesiones. La víctima, residente en Vizcaya, pero que estudió en Medina de Pomar, y el agresor se conocían y habían mantenido relaciones sexuales previas. El 12 de octubre, la joven cenó con unos amigos y estuvo en la verbena. De allí fue a un pub del casco histórico, donde se encontró con su agresor, quien le propuso salir a fumar. Se apartaron hasta acercase al pinar de la Revilla, a unos 300 metros de la verbena y allí él le dijo que «quería algo más». A pesar de la negativa de ella, «la tiró al suelo boca abajo y se puso encima». En autos se describía como la arañó, mordió y agarró por la boca. Hubo penetración vaginal y anal y lo intentó por la boca.

La víctima acudió dos días después al hospital de Basurto, en Bilbao, y el informe médico señaló una «sospecha de agresión sexual» por la lesiones que observaron en su cuerpo. Tenía «un hematoma en el cuero cabelludo; una mordedura en la mejilla; erosión de un centímetro con inflamación en raíz nasal; arrancamiento de mucosa oral en la región infra-lingual; mordedura en el hombro...». Además de ello, se encontraba muy nerviosa afectada emocionalmente, aunque no se hallaron restos de semen en su cuerpo, al haber pasado dos días. El agresor, que ya tenía antecedentes penales por lesiones y malos tratos en el ámbito de la violencia doméstica ocurridos en 2015, siempre negó lo ocurrido y defendió que fue consentido.