Hallan tumbas medievales en el templo de Rojas y paran obras

S.F.L.
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El Ayuntamiento debe presentar otro proyecto para exhumar los diversos huesos aparecidos de 8 seres -algunos guardan relación con el siglo XVIII- y continuar con las actuaciones de recalce de los muros

Parte de los restos aparecieron en el suelo entre los muros. - Foto: MBG Ingeniería y Arquitectura

La rehabilitación parcial de la iglesia de San Andrés Apóstol de Rojas de Bureba ha sufrido un imprevisto y los trabajos se han visto interrumpidos al hallarse varios enterramientos de individuos de diferentes épocas de la historia. Según los datos de los que dispone la alcaldesa de la localidad, Isabel Alonso, sobre el origen de los restos óseos, hay «algunos que apuntan que proceden de la Edad Media porque están cubiertos de lascas, pero hay otros que parece que guardan más relación con el siglo XVIII». 

Las obras de restauración y conservación monumental que se iniciaron el pasado año han sacado a la luz  huesos pertenecientes a ocho individuos bajo parte de los muros del templo que se encuentran en «buen estado de conservación». El descubrimiento de los esqueletos provocó que las actuaciones se paralizaran al momento y que parte de la inversión destinada a recalzar el inmueble se empleara finalmente a otras labores menores, como el cerramiento de alguna junta que se encontraba abierta. 

No obstante, este hallazgo ha generado que el Ayuntamiento redacte un nuevo proyecto para finalizar la reforma del edificio tardogótico, en el que se solapan algunas otras fases posmedievales,  «imposible de ejecutar sin una ayuda económica de alguna administración pública», declara la regidora. 

La pequeña localidad no hubiese podido aventurarse a una obra de tal envergadura sin la subvención de 85.000 euros que la Diputación y el Arzobispado otorgó al pueblo en virtud del conocido como ‘convenio de las goteras’. Pese a que el estado del templo no es del todo pésimo, resulta una labor importante acometer las obras proyectadas en un principio para evitar que en un futuro no demasiado lejano parte del inmueble llegue a derrumbarse. 

El presupuesto base de licitación de las actuaciones ascendió a 126.000 euros, por lo que el equipo de gobierno presentará el nuevo estudio para lograr financiación extra. «Es muy complicado que nos vuelvan a conceder la misma subvención porque hay cantidad de iglesias que requieren de recuperaciones urgentes. Veremos a que podemos optar», añade Alonso. 

Con la aparición de los enterramientos el municipio burebano se enfrenta a un problema. «No podemos moverlos hasta que no se finalice una investigación iniciada por una arqueóloga para obtener datos de los huesos. Sin el proyecto que ya hemos redactado no pueden trasladarse ni tampoco recalzar la estructura», se lamenta la política. 

Los restos, que por el momento se conoce que pertenecen a ocho personas de distintas épocas (puede que aparezcan más) los encontraron en el suelo, y alguna de las tumbas se encuentran por debajo del muro de la iglesia. La intención que maneja el Consistorio es realizar una ceremonia y volver a enterrar todos los restos exhumados fuera de la iglesia, en distinta ubicación. «Colocaremos una placa informando donde se encontrarán para que la gente tenga constancia», expone.

Actuaciones. Tras un estudio realizado previamente a presentarlo a la convocatoria, se comprobó que los principales daños que presentaba el templo lo componían grietas y fisuras generadas por asientos diferenciales en el apoyo de las paredes, que en las últimas décadas empeoraron de estado como consecuencia de la lluvia filtradas por las cubiertas. Este problema se apreciaba fundamentalmente en los parámetros de la fachada sur, en torno a la zona del coro, y en el muro exterior de la sacristía y cabecera este. 

Los movimientos de las tapias y el cambio de la geometría de los soportes repercutieron en los arcos y en las bóvedas, llegando a ocasionarse daños generalizados de descuelgue de nervios, principalmente en la cúpula donde se sitúa el coro. Pese a que la estructura de la cubierta muestra una conservación aceptable, el revestimiento de teja cerámica presentaba roturas y desplazamientos de piezas, por lo que resultó elemental una intervención para impedir que entre el agua. También se consideró preciso actuar en el tejado de la torre y sustituir la teja de hormigón por las de cerámica curva, más acordes con el resto de la edificación. Por el momento, desde el municipio desconocen cuando se retomarán las obras.