«No se puede querer venir al mundo rural sin nada o a pedir»

P.C.P.
-

Enrique Martínez, director del Proyecto Arraigo, explica cómo trabajan para que Belorado recupere parte de los 400 habitantes perdidos, con los dos primeros casos de éxito

El equipo de trabajo del Proyecto Arraigo con el grupo de voluntarios de acogida que se ha formado en Belorado. - Foto: @parraigo

Dinero, trabajo o una vivienda.  A veces cuarto y mitad de cada. Esos han sido hasta la fecha los alicientes con los que alcaldes voluntariosos pretendían atraer habitantes a sus pueblos a la desesperada, por ejemplo para evitar el cierre de la escuela. Pero «no hay que subvencionar, sino incentivar», subraya el  vicepresidente de la Diputación Provincial, Lorenzo Rodríguez, que presentó ayer el Proyecto Arraigo con el que Belorado busca revertir la pérdida en los últimos años de 400 habitantes, hasta quedarse en 1.800.

Para ello ha contratado a una empresa social que comenzó a trabajar en 2016 en Soria y que desde allí ha dado el salto a otras zonas como la Sierra de Madrid o las Cinco Villas de Aragón. Su director, Enrique Martínez Pomar, confirma que el cambio de la estrategia -«las subvenciones van a ir desapareciendo»-también debe implicar otro de mentalidad en quienes pretenden lanzarse a una mudanza. «No se puede querer venir al mundo rural con una mano delante y otra detrás o pidiendo», apunta para justificar que ‘filtren’ y descarten a una parte de los interesados en dar un cambio radical a sus vidas.

Tras el confinamiento, debido a la fobia a las aglomeraciones y a la generalización del teletrabajo, Proyecto Arraigo ha visto cómo aumentaban entre un 25 y un 30% las solicitudes, hasta sumar una cartera actual de 3.000 personas/familias, con diferentes perfiles. De hecho, los dos primeros frutos obtenidos en Belorado son una mujer jubilada que se ha quedado a vivir en San Miguel de Pedroso y una familia de Bilbao. Pueden parecer tempranos pero la colaboración entre Proyecto Arraigo y el Ayuntamiento lleva meses gestándose.

Su alcalde, Álvaro Eguíluz, explicó que el objetivo está en recuperar unos 30-40 vecinos al año, si bien tienen otro frente abierto, a largo plazo, que es el cultural, centrado en convencer a los jóvenes de que el éxito profesional y personal sí puede estar en el pueblo.

«La implicación total del Ayuntamiento» es uno de los pilares de trabajo -Belorado cuenta con un concejal de Repoblación- así como la existencia de una bolsa de casas en alquiler y el trabajo de los servicios sociales. Proyecto Arraigo añade los ‘urbanitas’ interesados en el cambio y una base de datos con sus perfiles profesionales y personales. Se crea un grupo de voluntarios de acogida y se trabaja la hospitalidad. «No es tanto el pueblo en sí como las personas», concluye Martínez.