2 de cada 10 siniestros con animales en la N-234 y la CL-629

F.L.D.
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Más de la mitad de los incidentes con corzos, ciervos o jabalíes en la provincia de Burgos se producen en vías de las comarcas de Pinares y de Las Merindades

Más de la mitad de los incidentes con corzos, ciervos o jabalíes se producen en vías de las comarcas de Pinares y de Las Merindades. - Foto: Alberto Rodrigo

Hay determinadas zonas de la provincia donde a la complicación de una carretera por la propia configuración del trazado o por los niveles de intensidad de circulación, se une el riesgo de encontrarse en cualquier momento un animal silvestre. No es de extrañar, por tanto, que la siniestralidad en comarcas como Pinares o Merindades en relación con la del alfoz se incremente de manera notable. Es más, estos dos lugares del territorio burgalés suman más de la mitad de los accidentes de este tipo. Especialmente notable es la diferencia de la N-234 y la CL-629 con el resto de vías. 

Y es que dos de cada diez colisiones con especies cinegéticas se producen entre la carretera que une Burgos con Soria y la que llega hasta Valle de Mena pasando por Villarcayo. En la primera, el pasado año se contabilizaron 186 incidentes. En la segunda, 121. Por encima de los 100 también está la N-I, aunque en este caso es algo más extraño. De hecho, en 2021 fue el máximo histórico. 

La razón de este fenómeno es muy sencilla. Con la liberación de la AP-1, se ha producido un lógico trasvase tanto de coches como de camiones a la vieja autopista. Y a menor tráfico, más sensación de libertad para los animales. El descenso de la circulación durante la pandemia ha incidido en este aspecto. 

Otras dos carreteras con bastante siniestralidad son la N-232, que cruza la provincia de este a oeste, y la N-623, que conecta Burgos con Cantabria. En ambos casos, los trazados atraviesan Las Merindades, donde hay una evidente superpoblación de corzos y jabalíes. No obstante, en esta comarca también se han producido siniestros con ganado vacuno. 

Una de las cuestiones que más preocupa en la Jefatura Provincial de Tráfico es que en vías de alta capacidad, que están pensadas para evitar la invasión de especies silvestres gracias a vallados y al control de la población, se sigan incrementando los accidentes. El caso más alarmante es el de la A-1, donde la siniestralidad prácticamente se duplicó en 2021, con 90 incidentes contabilizados. «No puede ser que en un trayecto a Madrid se vean corzos pastando en los márgenes de la carretera como si fuera ganado. Hay que poner medidas porque el riesgo en las autovías que están pensadas para soportar altos niveles de circulación se incrementa notablemente», sentencia el jefe provincial, Raúl Galán.