Rosalía Santaolalla

Sin entrar en detalles

Rosalía Santaolalla


Las risas

10/02/2022

Era la ceremonia de los Tony de 2013, la noche en la que se premia a los mejores de Broadway, y el maestro de ceremonias era Neil Patrick Harris (el Barney Stinson de Cómo conocí a vuestra madre). El número de apertura de la gala fue tan brillante, tan abrumador -como solo he visto el vídeo, desconozco si alguna parte estaba pregrabada- que la pareja que salió al escenario a entregar el primer galardón tenía pinta de haber tragado saliva y pensar… «da igual lo que hagamos después de esto: nadie hablará de nosotros». Pues creo que lo mismito hemos pensado todos los columnistas de este periódico después del Cantar de Slo-MoCid de Óscar Esquivias y su tía María Luisa del pasado domingo. 

Por suerte, en este país no hemos perdido la capacidad de chotearnos de casi cualquier situación, desde la canción candidata a Eurovisión hasta un supuesto ataque a las remolachas castellanoleonesas, así que cosas como una campaña electoral se hacen más llevaderas con sentido del humor. Ahí estuvo fino el candidato Igea, despertando a los pocos telespectadores que debían quedar viendo el primer debate, cuando hizo alusión a la posibilidad de que algún representante político pillara garrapatas con tanta visita al campo en mocasines.

Cachondeo hubo también, hace un par de días, cuando al eurodiputado de Vox Hermann Tertsch se le ocurrió 'teletrabajar' desde un restaurante arandino e intervenir en una comisión parlamentaria con ruido de fondo de tenedores, unas botellas de destilados de decoración y con algunos de los asistentes afeándole que les diera la comida. Para qué esperar que le haga la parodia Joaquín Reyes, ya se la hace él solito.

Viendo que se puede conectar con todo un parlamento europeo desde un restaurante o, por ejemplo, participar en decenas de fiestas durante un confinamiento general siendo primer ministro británico y que no pase nada, supongo que hemos asumido que el chiste va implícito. Eso sí, ¿alguien piensa en qué mundo le estamos dejando a nuestros cómicos?