En pleno proceso de desescalada, cuando la luz parece verse al final del túnel, los empresarios de hostelería se preparan para afrontar un verano más esperanzador que el del año pasado. Sin embargo, no pensaba que en este camino se iban a encontrar con un contratiempo en las contrataciones de personal de refuerzo para la campaña estival, que va de junio a después del Pilar. La patronal del sector avanza que la bolsa de empleo de anteriores temporadas, incluida la del pasado ejercicio, se ha reducido de forma considerable, poniendo como ejemplo que la recepción de currículos por local ha pasado de una media de entre 80 y 100 a tan solo veinte.

El presidente de la Federación de Hostelería, Fernando de la Varga, reconoce la «problemática» y la «preocupación» que existe en el sector ante una situación «inesperada». No por ello deja de detallar los motivos que considera que han contribuido a este descenso del número de demandantes de trabajo. Por un lado, pone el foco en las numerosas restricciones que ha sufrido el sector desde que comenzara la pandemia, que han llevado a miles de trabajadores a Expedientes Temporales de Regulación de Empleo (ERTE). Más de doscientos días de cierre de interiores en la capital, el máximo de toda Castilla y León, han provocado que «muchos trabajadores se hayan reenganchado en otras actividades económicas», a lo que también añade que se ha producido una salida a otras provincias por parte del colectivo de jóvenes que antes encontraba «refugio» en la hostelería de forma temporal.

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