Caderechas gana la lucha contra un parque eólico en Escóbados

S.F.L.
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La Junta deniega la autorización ambiental al proyecto para ubicar 8 aerogeneradores, al entender que su desarrollo puede producir «un impacto crítico sobre algunos valores naturales y culturales de la zona»

Imagen de archivo de un parque eólico. - Foto: LUIS LÓPEZ ARAICO.

Los vecinos del municipio de Rucandio y sus pedanías -Madrid de Caderechas, Herrera, Huéspeda, Ojeda, Hozabejas y Rucandio- y los miembros de la Asociación Mesa Eólica Merindades respiran desde ayer más sosegados tras conocer que la Junta ha dado carpetazo al proyecto de ubicación de un parque eólico en Escóbados de Arriba, promovido por la empresa Generadora Eléctrica Verde I, al que presentaron alegaciones.

La administración ha denegado la autorización de impacto ambiental para la construcción de un espacio que albergaría 8 aerogeneradores con potencia nominal de entre 6,1 y 6,2 MW, con una altura de buje de 135 metros, a lo que había que sumar un diámetro de rotor de 170, por entenderse que su desarrollo «podría producir un impacto crítico sobre algunos de los valores naturales y culturales de la zona». El informe concluye que procede indicar desfavorablemente por «los efectos acumulativos y sinérgicos, la afección al paisaje, la fauna y flora, así como la coincidencia territorial con montes de utilidad pública, zonas de alta calidad paisajística, de especial conservación y protección para las aves, con hábitats de interés comunitario y singular».

El impacto mediambiental y visual que generaría en el entorno la instalación inquietó a los alcaldes del Valle de Caderechas, que contrataron los servicios de un abogado especialista con el fin de intentar frenar el proyecto, como a la Asociación de Turismo Rural Las Merindades y la Fundación Oxígeno, que apoyaron a los vecinos y también entregaron sus argumentos en contra. Una de las principales preocupaciones tenía que ver con la coincidencia y colindancia territorial del proyecto con los espacios de la Red Natura 2000, Sierra de la Tesla-Valdivielso, ZEC (Zona Especial de Conservación) y ZEPA (Zona de Especial Protección para Aves), la cercanía a Hoces del Alto Ebro y Rudrón, también ZEC y ZEPA así como parque natural. Además, la línea aérea de evacuación planteada cruza aproximadamente en 300 metros la ZEC de la Tesla.

Por otro lado, la empresa Parque Eólico Cernégula presentó alegaciones indicando la «coincidencia espacial de las infraestructuras proyectadas en Escóbados» con las suyas, que ya contaba  con  la declaración de impacto ambiental favorable.  

Rubén Fernández, regidor de Rucandio y presidente de la junta vecinal de Hozabejas, mantiene su postura favorable al uso de la energía eólica, es más, «la veo necesaria, pero considero que hay lugares que hay que respetar y cuidar, en concreto ese paraje debe ser intocable», declara. A su vez, Carlos Palma, portavoz de La Mesa Eólica, valora positivamente la declaración desfavorable a «un proyecto descabellado que suponía un impacto muy negativo, tanto para los intereses socioeconómicos de la comarca, como para todo el entorno natural», expone. Sin embargo, se lamenta de que la Junta «tan solo se atreve a desautorizar algún proyecto de renombre y muy mediático, mientras tanto salen muchos otros autorizados con tantas e incluso más afecciones que este, plegándose a los intereses de las grandes compañías eléctricas con autorizaciones ambientales claramente subjetivas y no sujetas a la objetividad de sus afecciones», añade.

La otra cara. En el lado opuesto de la balanza se encuentra Pedro Iglesias, alcalde de Escóbados de Arriba. Encantado con la ejecución del proyecto porque supondría un «importante ingreso económico para el pueblo y garantizaría su supervivencia», ayer se echó las manos a la cabeza al enterarse de la negativa.  «Nos da mucha pena porque con la instalación el presupuesto anual se doblaría. No comprendo el por qué han considerado la zona desfavorable y a 4 kilómetros, en Villalta, van a instalar un parque», sentencia.