La grave situación de sequía y la mala previsión de cosecha han llevado el pánico ahora también a los ganaderos, que han visto cómo la extrema carestía de alimento para los animales se alza como uno de los principales problemas para el futuro del sector. La mayoría aún conserva paja de las anteriores campañas, pero de cara al próximo invierno ya avanzan que se convertirá en un quebradero de cabeza debido a lo que está costando encontrar. En un año se ha duplicado su precio y ahora se piden soluciones a las administraciones para que el impacto sea el menor posible.
Los almacenes se van vaciando poco a poco y en el mercado resulta misión imposible poder adquirir forraje. Toni Villaquirán, ganadero y agricultor de Villaverde Mogina, explica que para este año «la mayoría había aprovisionado de campañas anteriores, pero para el año que viene va a ser imposible». Considera que se sufrirá un «desabastecimiento» al no tener suficiente cantidad para todos. Desde su punto de vista, las administraciones deben tomar decisiones inmediatamente y dejar «segar los cereales» para poder destinarlo a forraje. «Esta es una medida que se debería dar con una prontitud total, el campo se nos va, la planta se está deshidratando día a día, pero ahora sí nos serviría para forraje», argumenta, ya que entiende que de trigo y cebada poco se va a recoger.
(Más información, en la edición impresa de este martes de Diario de Burgos o aquí)