La ermita de Hoz sirve de nave agrícola

A.C.
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La alcaldesa dice carecer de fondos para acabar la reforma iniciada en 2019, cuando se abrió una puerta gigante y se eliminó la bóveda

La antigua ermita de San Roque sigue conservando el altar, aunque perdió la bóveda en las obras de 2019. - Foto: A.C.

La polémica vuelve a estar servida en Hoz de Valdivielso dos años después de que la antigua ermita de San Roque saltara a los medios por abrirse en su fachada principal una puerta rectangular más propia de un almacén que del centro social y cultural que proyectaba la junta vecinal. Entonces, las obras de construcción de su nueva cubierta también acabaron con la bóveda del altar y estos días, una máquina empacadora está bajo techo en el inmueble, con lo que ahora sí está haciendo las veces de nave agrícola. La alcaldesa, Olga Fernández-Montejo, señala que ha autorizado a un particular a dejar allí su maquinaria unos días y evitar que se moje mientras sigue esperando reunir los fondos suficientes para habilitar una casa de concejo y centro sociocultural. Añade que «ningún vecino se ha quejado» y «qué le importa a nadie que esté ahí la empacadora, si la ermita es del pueblo».

Mientras, el exalcalde, José Manuel García, quien afirma que la empacadora no es suya, recuerda que la vieja ermita guardó una trilladora y otros aperos durante décadas y que «ha estado hundida toda la vida», por lo que critica la polémica nacida cuando se ha tratado de restaurar el edificio.

El primer problema que las obras de 2019 generaron fue que el arquitecto Raúl del Amo dejó sin su firma el certificado final de obra, al no seguirse el proyecto. En su informe ya señalaba que el hueco «produce un efecto visual de nave» y advertía que se tenía que haber avisado a tiempo para poner medios que salvaran la bóveda, como marcaba el proyecto y por tratarse de un inmueble con protección integral. Pero tanto el ex alcalde, como la actual regidora, defienden que se abrió ese hueco «por motivos de seguridad» para eliminar piedras que se desprendían y que la eliminación de la bóveda respondió a motivos similares.

El Ayuntamiento de Valdivielso concedió en 2018 a Hoz una ayuda extraordinaria de 12.000 euros y otra ordinaria de 6.000, a la que acceden todas las pedanías, para la obra de la ermita. En 2019 se le iban a dar otros 12.000 euros para continuar, pero nunca llegaron. Y, además, se le reclamó la devolución de los 18.000 entregados por incumplir el proyecto. La decisión final fue dejar tres años a la pedanía sin la ayuda ordinaria de 6.000 euros, pero invertirlos el Consistorio de forma directa, aunque la alcaldesa pedánea critica que el Consistorio asfaltara el camino a un molino habitado fuera del casco urbano, a pesar de su desacuerdo por entender que había otras calles que asfaltar.

Fernández-Montejo asegura que ya hay una puerta de forja con forma de arco creada esperando a ser instalada en la ermita y que se rellenará de nuevo la fachada con piedra para devolverle un aspecto más cercano al original cuando disponga de medios. La Diputación concedió a Hoz en 2019 una ayuda extraordinaria urgente de 8.000 euros sobre un presupuesto de 21.700 para la segunda fase, pero el pueblo carece de dinero para completarlo. Una reciente subasta de 14.000 euros de pinos y roble albar quedó desierta y, si nada lo remedia, la alcaldesa admite que devolverá la ayuda, puesto que la obra está aún sin licitar cuando debe de estar ejecutada antes del 4 de agosto. Si no la ha hecho en estos dos años con  los planes provinciales de la Diputación es porque en Hoz «hay otras necesidades más urgentes» que se han acometido como el asfaltado de la subida a la iglesia o la renovación y arreglo de averías en tuberías «del siglo XVIII».

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