El Defensor del Profesor, servicio que presta el sindicato ANPE, acaba de presentar su informe anual, que recoge un incremento generalizado en Castilla y León de los casos atendidos durante el pasado curso en comparación con el anterior. El número de intervenciones ascendió a 72, lo que representa un crecimiento del 22%, si bien Burgos escapa a esta tendencia al alza al registrar una importante caída de las incidencias detectadas.

En su análisis por provincias recoge que seis profesionales que ejercen su trabajo docente en territorio burgalés han acudido a este servicio, frente a las 17 del periodo lectivo 2020-2021, cuando se contabilizaron 17. Salamanca acumula el mayor número de intervenciones, con 18, seguida de Valladolid (13), siete en León, Soria y Zamora, seis en Ávila, cinco en Segovia y finalmente tres en Palencia.

Las cifras no varían en lo que respecta a la naturaleza de las problemáticas que llegan al sindicato, siendo la relación del profesor con las familias la que más casos aglutina (45,8% del total), por delante de la que mantiene con el alumnado. En la primera, el mayor número de incidencias se deben a falsas acusaciones, denuncias, presión por las notas y acoso, mientras que los conflictos más habituales con los estudiantes tienen que ver con las amenazas. Los docentes atendidos han requerido en su totalidad asesoramiento, apoyo psicológico e información o asesoramiento jurídico. El sindicato destaca en este sentido que 62 han sido atendidos por ansiedad y 10 por trastornos depresivos, habiendo requerido otros tantos la baja médica por este tipo de situaciones.