Impactar con diseños geométricos pero cargados de significado. Así se podría definir la línea que sigue el artista arandino Enrique Díaz a la hora de crear sus diseños de carteles de todo tipo. Una tendencia que le ha llevado este año a sumar tres carteles ganadores a su trayectoria: Los de las fiestas de San Juan en la navarra Tolosa, San Froilán de León y, el último, el que ya utiliza el Ayuntamiento de Mislata (Valencia) para conmemorar el Día Internacional contra la Violencia de Género.

Estos trabajos parten de un método de trabajo concienzudo y repetido que le está dando resultado. «Me documento, miro fotos en internet, muchas, para no llevarme una primera impresión errónea y luego lo llevo a mi lenguaje, al de la geometría, intentas sintetizar todo al máximo para que sea sencillo pero identificable», resume Díaz, que primero realiza un boceto en papel para luego pasarlo al ordenador y sintetizar ese menaje visual.

Aunque el método sea común, la temática de los carteles también influye en su labor de diseño. «El cartel de León y el de Tolosa tenían un nexo común, que están basado en la geometría, lo que hace que los carteles sean muy flexibles para adaptarse a distintos formatos, como marquesinas o pantallas, se puede despiezar y utilizar, por ejemplo, en la maquetación del programa de fiestas, que creo que para los diseñadores viene muy bien para dar una estética uniforme con el cartel, no es un todo, permite esa flexibilidad», apunta el autor, poniendo como ejemplo las referencias al patrón leonés o a la arquitectura de su catedral.

Para el trabajo con más trasfondo social «juego con la idea del puño americano en vez del capullo de la rosa tirado en la papelera, diciendo que no quiero tus rosas envenenadas, creo que es una imagen muy cañera», explica, huyendo de forma consciente de la imagen de la mujer. «Es más complicado algo con lo que busques remover conciencias, siempre lo haces desde tu perspectiva y juegas en el alambre con las sensibilidades. Yo, por eso, en este caso, prefiero evitar la figura de la mujer, no meterla, jugar más con conceptos, con otros elementos, porque al presentar una mujer nos regimos por unos criterios estéticos que no globalizan lo que es la mujer», reconoce este arandino que, a pesar de llevar 20 años ejerciendo como profesor en el Colegio Claret de Aranda, no ha dejado su vertiente creadora.

Confesando la influencia en su obra de la fotografía de Chema Madoz, Díaz pretende seguir presentándose a concursos de cartelería, incluyendo el de las fiestas patronales de Aranda, que ya ganó en 2006 y 2014.