El albergue municipal, reformado en 2019, no abrirá hasta 2023

I.M.L. / Aranda
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El proceso administrativo para buscar una empresa que lo gestione necesita una revisión de precios y condiciones, una vez que las instalaciones ya no se reservan para la llegada de refugiados ucranianos

Estas instalaciones ocupan parte del ala sur del edificio de Las Francesas y están completamente remodeladas. - Foto: Luis López Araico

Las instalaciones del albergue municipal Las Francesas en Aranda de Duero aún tendrán que esperar meses para estar a disposición de posibles inquilinos. El proceso para la licitación de su gestión se podría posponer hasta pasadas las celebraciones navideñas, en cuya preparación están ahora inmersos en la Concejalía de Juventud y Festejos, de la que depende este alojamiento económico. 

Hasta ahora, no se había retomado el trámite administrativo para la búsqueda de una empresa que se hiciese cargo del albergue municipal al estar reservado para la posible llegada de refugiados ucranianos a la capital ribereña. «El albergue está ya liberado, de momento no tenemos ninguna alerta establecida ni protocolo activo para acoger a más refugiados», confirma la concejala de Acción Social del Ayuntamiento arandino, Cristina Valderas, y portavoz del equipo de gobierno, que reconoce que «en cuanto tengan un momento los técnicos hay que ver lo que se hace con el albergue, no voy a decir fecha, fin de este año no, pero principios del siguiente seguramente se valore seguramente el llevarlo ya a comisión». 

Estas instalaciones llevan cerradas desde hace doce años y en 2019 se completaron unas obras de remodelación en las que se invirtió medio millón de euros de las arcas municipales. Cuando el pliego para licitar su gestión ya estaba listo para su aprobación, después de realizar el necesario estudio de viabilidad, surgió el conflicto bélico en Ucrania y el Ayuntamiento puso a disposición de la Junta de Castilla y León este espacio para acoger los refugiados que pudieran necesitarlo. Ahora que no se espera la llegada de más familias a la capital ribereña huyendo de la ocupación rusa, el Consistorio tiene las manos libres para retomar la apertura de estas instalaciones, que cuentan con 75 plazas.

Desde la sección técnica de la Concejalía de Juventud explican que, antes de poder llevar el pliego para la licitación a la comisión informativa, se tendrá que realizar una revisión de precios, por si corresponde actualizarlos al coste de la vida y las previsiones de su incremento. Aunque esa labor técnica tendrá que esperar hasta después de las celebraciones navideñas, ya que este mismo departamento también tiene entre sus ocupaciones la programación de actividades de esos días.

El documento para licitar la gestión de este albergue marcaba un periodo de cinco años en los que la empresa adjudicataria tendrá que hacer una inversión inicial a cambio de verse exenta de pagar el canon anual al Ayuntamiento, que rondaría los 4.700 euros y que sí que tendrá que pagar la adjudicataria en sucesivas licitaciones. La plantilla debería oscilar entre los 4,5 y los siete puestos de trabajo, dependiendo de la ocupación de las instalaciones.

Viviendas sociales. En cuanto a los refugiados ucranianos que sí han llegado a la capital ribereña, el Ayuntamiento ha alojado en tres de sus viviendas sociales a cinco familias, ya que dos de ellas comparten uno de los más amplios. El resto, ocho en concreto, siguen vacías a la espera de que se complete el proceso de adjudicación. «Están a falta de remitir documentación las solicitudes que han sido admitidas, a ver si lo cumplían», concreta Valderas, recordando que se habían registrado un total de 12 peticiones para ocupar alguna de estos pisos. «Había una solicitud menos de los pisos disponibles pero alguna se ha  caído porque no cumplían los requisitos», especifica la edil. 

Teniendo en cuenta estas cifras, y las necesidades de las familias ucranianas, desde Acción Social valorarán si hay que abrir una nueva convocatoria para recibir más solicitudes para ocupar estos pisos.