Martín García Barbadillo

Plaza Mayor

Martín García Barbadillo


¿Cuánto cuestan las elecciones?

31/01/2022

De las elecciones a celebrar el 13 de febrero, que en mi opinión son cualquier cosa menos sexys, hay un dato que personalmente sí me interesa: ¿cuánto cuesta esta fiesta que no era obligatorio celebrar? Me he puesto a buscarlo, un poco por aquí y un poco por allá, y estos son los resultados:

La Junta acaba de sacar concursos de urgencia para las cosillas electorales como los sobres, las papeletas, el voto por correo, el recuento, los escrutinios provisionales y la publicidad por valor de 6,6 millones de euros, uno encima de otro. 
Pero hay más. Cada mesa tendrá un presidente y dos vocales (yo he librado) que percibirán 68,23 euros. Hay 4.355 mesas, con lo que en esto ponemos 890.000 euros.

Igualmente habría que sumar los representantes de la administración en los colegios, unos 4.500, que se llevan 100 o así cada uno (450.000 euros), y, por supuesto, imagino que habrá que montar un tinglado anticovid de mamparas, geles, mascarillas y otras vainas conocidas que saldrá por un pico, pongamos un millón, no se puede escatimar con la salud.

Seguiríamos con el apartado de seguridad del que no he encontrado datos. En cualquier caso, tener a  todos los policías nacionales y guardias civiles existentes currando un domingo costará dinero, independientemente de si lo paga el Ministerio del Interior o la Junta, cosa que ignoro y no me importa porque los euros salen del mismo bolsillo, el nuestro.

En resumen, así a lo bruto, la fiesta sale, según mis datos, por al menos nueve millones, policía aparte. Si se hubiesen hecho conjuntas con las municipales, como era la norma, imagino que se podría haber ahorrado la mayoría de esa cantidad; no es un dos por uno, pero casi.

La cuestión es: ¿nueve millones es mucho o es poco? Una manera de responder a esta pregunta es hacerlo desde la perspectiva del que paga, en este caso usted y yo. Yo, por el pobre espectáculo que recibo a cambio, creo que es mucho. Ya que están tan countries en sus discursos podrían haberlo empleado en, por ejemplo, arreglar el campo de fútbol de mi pueblo, que son las eras. Sus condiciones reguleras hacen que nuestro glorioso equipo tenga que jugar últimamente como local en campos prestados de las localidades de los alrededores y no es lo mismo. Y así no se acaba con los agravios a la España Vacía. Eso al Madrid no le pasa. Salud y alegría.