La empresa burgalesa Aguas de Sanagonte, administrada por José Luis Azpitarte, ha solicitado de nuevo a la Consejería de Economía y Hacienda la expropiación forzosa de un terreno de 25.285 metros cuadrados perteneciente a la Junta Vecinal de Rublacedo de Arriba para ubicar en él una planta envasadora de agua mineral natural. Tras años de polémica para evitar la construcción, la pequeña localidad burebana se rinde en su lucha contra el proyecto y finalmente, y «muy a su pesar», cederá el solar por 55.222 euros. 

La Junta ha convocado a los titulares de derechos y bienes afectados para que comparezcan en el Ayuntamiento de Rublacedo de Abajo -al que pertenece la pedanía- el día 21 de septiembre con el fin de proceder al levantamiento de acta de pago y de ocupación correspondiente. El portavoz de la plataforma vecinal Salvemos Rublacedo, Víctor Gómez, declara a este medio que la agrupación se creó hace ya más de tres años, entre otros motivos, con el fin de «impedir que la expropiación se realizara para que cuatro señores se lucren de un negocio», pero consciente de que nada más puede hacer, manifiesta que «no pretenden ni manifestarse».

 Aguas de Sanagonte inició los primeros trámites para explotar el agua del manantial denominado Zorita en 2007. En septiembre de ese mismo año, consiguió que la Consejería de Economía y Empleo lo declarara como agua mineral natural. Ya en 2008, el promotor consiguió el informe favorable al proyecto de aprovechamiento y también al perímetro de protección fijado por el Instituto Geológico y Minero de España. En 2011, la Dirección General de Energía y Minas autorizó el proyecto de aprovechamiento y las inversiones previstas para levantar una planta de envasado, algo que no gustó en el pueblo y por lo que han peleado para que no se llevara a cabo.

Gómez afirma que «es absurdo seguir con ello, aunque tememos que este hecho puede poner en riesgo el abastecimiento del pueblo», y explica que en el lugar donde la empresa pretende construir la planta -a apenas 800 metros del centro de la localidad muy cercano a la carretera de une Burgos con Poza- «no queda agua superficial y antes era un campo de agua. De los 9 manantiales que antaño había en la zona, a día de hoy todos están secos», añade.

Fuentes de la compañía con las que ha contactado DB adelantan que «el proyecto de la planta embotelladora de Rublacedo continúa con los trámites para su próxima puesta en marcha, pero probablemente no solo se ejecute esa idea y se haga algo más». 

el segundo de la comarca. Según la información que incluía el proyecto presentado en la Junta hace más de una década, la inversión para la puesta en marcha de la instalación de aprovechamiento del agua mineral subterránea se estimó en 4 millones de euros, con la creación de 30 puestos de trabajo.  

En caso de que el plan saliera adelante, como así aspiran desde la empresa, correspondería con el segundo en funcionamiento en la misma zona de la comarca, junto al de Aguas Santolín en Quintanaurría, y apenas quedarían separados por 5 kilómetros de distancia.