Editorial

La EPA, un soplo de optimismo en medio de tantas incertidumbres

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Pese al apocalipsis económico y social anunciado para este otoño debido al precio de los combustibles y de la energía, las consecuencias de la guerra de Ucrania, la inflación galopante y el incremento de los tipo de interés, la jornada de ayer arrojó un rayo de esperanza. Aunque muchos analistas advierten de que los datos 'macro' vaticinan que el invierno va a ser muy duro, la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre del año constata que el mercado laboral no es tan pesimista, al menos de momento.

Cierto es que este período del año es tradicionalmente expansivo en empleo para la economía española debido al peso del sector turístico en nuestro Producto Interior Bruto. La expectativa de una buena temporada está, de hecho, detrás del mayor descenso del paro entre los meses de abril a junio desde el año 2018. El desempleo bajó entre abril y junio en 255.300 personas. Con esta caída, España cerró el primer semestre del año con una tasa de paro del 12,48%. Es cierto que aún 2,91 millones de españoles siguen buscando un trabajo, pero la cifra cae por debajo de la barrera psicológica de los tres millones de parados, algo que no ocurría desde hace 18 años. Hay que remontarse a antes de la quiebra de Lehman Brothers, que desató una crisis económica y financiera a nivel mundial, para encontrar un dato mejor.

A la vez que cayó el desempleo aumentó la ocupación. España acabó la mitad del año con 20,47 millones de ocupados tras sumar 383.300 personas entre abril y junio. De ellas un 83,53% se incorporaron al sector Servicios, lo que demuestra que el motor de la economía española, el turismo, está a punto en busca de la mejor temporada tras dos años de pandemia.

Pero hay algo que distingue a esta EPA del resto de las publicadas en la serie histórica, que abarca ya veinte años. Es, sin duda, la positiva evolución de la contratación indefinida. Con todos los ámbitos de la reforma laboral en marcha, el INE certifica que los españoles que tienen un contrato de esta modalidad se incrementaron en 616.700, mientras que los de contrato temporales se redujeron en 241.300. 

Una de las principales preocupaciones residía en conocer si las empresas optarían por el tiempo parcial para no asumir más costes derivados de la reforma, pero hasta ahora el 84% de los nuevos indefinidos firmados son a tiempo completo. La precariedad, una de las grandes lacras del mercado laboral español, disminuye. Un cambio de tendencia tan esperado como positivo. Si la economía se mueve por sensaciones, la EPA nos ha dado optimismo para afrontar el otoño con ambición y coraje. Subamos a ese tren del que ya hablara el pasado lunes Felipe VI en Santiago de Compostela.