Acudir a una cita en el centro de salud se puede convertir en un verdadero reto para aquellos que viven en el medio rural y no conducen ni tienen coche propio. La Junta de Castilla y León impulsó el transporte a la demanda para dar una solución a los vecinos y prometió su extensión a lo largo de la provincia, pero el tiempo pasa y aún la mitad del mapa burgalés sigue a la espera de un autobús que no llega. En comarcas como Arlanza, Odra-Pisuerga o La Demanda no se ha implantado ni una sola ruta con estas características y por ello los pueblos reclaman ahora un servicio que consideran que generaría grandes beneficios.
Fernando Sadornil, alcalde de Sasamón, reconoce que muchas veces se encarga él mismo de llevar a sus vecinos hasta el centro de salud de Villadiego. No se trata de nada raro, ya que sin transporte no queda más remedio que organizarse y ayudarse unos a otros. «Muchas personas mayores no conducen y desde el Ayuntamiento no podemos acometer ese gasto», afirma, mientras expone que hace aproximadamente medio año solicitó a la Junta este servicio y le aseguraron que se estaban realizando estudios para ponerlo en marcha próximamente en toda la zona.
Desde el Gobierno regional tampoco ofrecen una respuesta demasiado concreta sobre el tema a las preguntas de este periódico y no se aclara el plazo que se estima para incorporar nuevas rutas ni se da a conocer aún a qué zonas básicas de salud alcanzará. La Dirección General de Transportes de la Consejería de Movilidad sí menciona que tras aprobar el marco normativo del nuevo mapa concesional de transportes para los próximos diez años se está trabajando en la elaboración de los anteproyectos de explotación, que contarán con un proceso de información pública para dotarlos de la mayor participación con municipios, ciudadanos y el sector del transporte.
Otro de los municipios que propuso a la Junta diversas rutas para que una veintena de pueblos pudieran acudir a su centro de salud fue Melgar de Fernamental, tal y como contó Diario de Burgos en el mes de junio. Aún no lo han conseguido. La localidad cuenta además con un gran supermercado, tiendas y bancos, y eso precisamente destaca Ignacio Grajal, alcalde de Padilla de Abajo, como una de las grandes ventajas que obtendrían los diferentes pueblos de Odra-Pisuerga. «No lo tenemos ahora y se necesita tanto para el tema sanitario, especialmente para los días que se hacen análisis, como para hacer las compras», confiesa.
En esa misma línea hablan desde la otra punta de la provincia, en La Demanda. «Lo hemos pedido, pero no nos han metido en el mapa, sí que resulta interesante puesto que nuestra población cada vez está más envejecida y no todos disponen de coche para venir», explica la alcaldesa de Quintanar de la Sierra, Montserrat Ibáñez. Y recuerda que en puntos como Neila se está bajando a los vecinos con el coche municipal cuando alguien lo necesita, «como un favor y una cuestión extraordinaria». Mientras, insiste en los beneficios que aportaría un vehículo para asistir a análisis o rehabilitaciones a Quintanar.
«Se trata de algo básico y aún no ha llegado, los vecinos tiran de otros vecinos, amigos, hijos... como pueden», lamenta desde Covarrubias el alcalde, Millán Bermejo. «Necesitamos que se implante ya, especialmente por la gente mayor», añade. Su centro de referencia está en Lerma y reconoce que se alza como un problema muy comentado entre los alcaldes para el que todavía no se ha dado una solución.
Tampoco para llegar a Belorado existe una ruta definida y algunos pueblos, como Villafranca Montes de Oca, han intentado desarrollar sus propias fórmulas sin éxito. «Quería que mis vecinos fueran en taxi ya que las administraciones no nos atienden, pero nos obligaban a hacer una ordenanza», expresa Nicolás Solórzano, alcalde de este municipio de la comarca Montes de Oca, que cree que para ir al médico no debería haber ninguna dificultad. En Santo Domingo de Silos han buscado el remedio por su cuenta con una furgoneta propia para llevar a la gente a análisis y aprovechan para hacer compras, lo que ya supone un gasto extra para el Ayuntamiento. Sin embargo, el alcalde, Emeterio Martín, opina que hay pueblos que se encuentran en peor situación y que requieren con más urgencia que llegue el transporte a la demanda.
Una prueba fallida. Este verano Pampliega ha podido disfrutar del transporte a la demanda, pero no ha funcionado tal y como se esperaba. De hecho, comenzó en julio y apenas duró dos meses por el poco uso que se le dio. «Se puso en marcha pero no ha tenido éxito, los pueblos en realidad están muy cerca y cuando hay una urgencia siempre te puede acercar alguien», comenta Raúl Tamayo, alcalde del pueblo. «Se desestimó seguir utilizándolo por ahora», desarrolla, para mencionar como una de las causas de que haya fallado el hecho de tener que reservar y solicitar cita previa de manera telemática cuando la mayoría de quienes lo utilizan son personas mayores que no están acostumbradas a ello.
Eso sí, este municipio que se alza como la cabecera del entorno cuenta con la característica especial de que en la actualidad roza los 300 habitantes empadronados. Una cifra baja si se compara con otras localidades que se alzan como referencia de sus comarcas como por ejemplo Melgar, Quintanar o Salas, que superan las 1.500 personas. Y eso también tiene relación con el número de servicios que se ofrecen y que pueden aprovechar los vecinos de pueblos próximos.
13 rutas en funcionamiento. La provincia de Burgos cuenta en la actualidad con 13 rutas en funcionamiento. La mayoría de ellas se enmarcan en Las Merindades y se trata concretamente de Valle de Tobalina, Valle de Valdebezana, Villarcayo, Espinosa de los Monteros y Medina de Pomar. En esta comarca solo falta por llegar a Valle de Losa, donde hasta 34 pueblos esperan que se ponga por fin este servicio. El resto de líneas incluyen Sedano, Roa, Briviesca, Treviño y Burgos Rural Norte, a las que se añaden otras dos sin ruta definida. Entre todas comprenden 243 rutas que proporcionan el servicio a 888 localidades y desde este mismo año todas ellas han pasado a ser completamente gratuitas.