El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, defendió ayer en la segunda jornada del Foro Económico Mundial, que se celebra en la ciudad suiza de Davos, la necesidad de apostar por la formación continua de los trabajadores para elevar sus capacidades digitales, de cara a los 20 millones de empleos que se espera crear en los próximos cinco años y con el objetivo de acabar con la desigualdad que crea la tecnología.

El directivo hizo énfasis en que ya hay cinco millones de empleos que no se cubren en Europa por falta de profesionales cualificados y que el auge de otras innovaciones, como la inteligencia artificial, creará cuatro veces esta cantidad de puestos de trabajo en el próximo lustro.

El presidente de Telefónica también subrayó que la tecnología destruirá muchos empleos, al mismo tiempo que creará otros. Por ello, remarcó la importancia de que se produzca una transición bien dirigida entre estos dos puntos, ya que, de lo contrario, Álvarez-Pallete teme que se genere malestar social entre la población y se acentúe el auge del populismo.

«La tecnología es la raíz del problema y también la solución. Tenemos que estar seguros de que quienes tienen trabajo lo mantendrán y quien no lo tiene, lo encontrará», declaró el presidente de Telefónica, que puso al operador como ejemplo de adaptación con su programa de reskilling, el mayor de Europa.

Álvarez-Pallete participó en la mesa El futuro de los empleos junto al secretario de Trabajo de EEUU, Martin Walsh; el director de la Organización Internacional de Trabajo (OIT), Gilbert Houngbo, y la directora del Centro de Comercio Internacional, Pamela Coke-Hamilton.

Por su parte, el secretario de Trabajo de Estados Unidos reconoció que el país debe incrementar su número de trabajadores y valoró la formación y la necesidad de programas para permitir el progreso social para los empleados.

Asimismo, el director general de la OIT defendió la gratuidad de la educación y enfatizó en la necesidad de un nuevo contrato social que contrarreste el crecimiento de la brecha entre las principales economías y las de desarrollo.

En la misma línea, la directora ejecutiva del Centro de Comercio Internacional manifestó que hay que vigilar que la transición ecológica no se traduzca en dejar atrás las economías en desarrollo y puso como ejemplo las dificultades que habrá en África para cumplir con las exigencias medioambientales en la cadena de valor que prevé exigir la Unión Europea.