«A mí me da de comer Burgos, no los Premios Grammy»

ALMUDENA SANZ
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ENTREVISTA | Que Estrella Morente abrazara la música era inevitable en una familia de artistas y, sin perder ese norte, ha trazado un camino que ha cristalizado en una decena de discos, un puñado de premios y el aplauso del público, también burgalés

La cantaora Estrella Morente llega esta tarde a Cultural Caja de Burgos. - Foto: Alba Feixas (EFE)

Han pasado más de veinte años desde que Estrella Morente incluyó la canción Qué quieres que te traiga, que voy a Burgos en su disco Calle del aire, pero recita sus versos sin pensárselo en cuanto se alude a este tema. «Qué quieres que te traiga, que voy a Burgos, un pañuelo de seda, que valga un duro, ábrela morena la ventana, ciérrala morenita del alma...». La artista granadina recuerda que su vínculo con estas tierras va más allá de sus conciertos, que han sido unos cuantos. «A mi padre le gustaba mucho esa zona y siempre que cantaba por ahí quería que le acompañásemos, es un lugar muy querido», valora y vuelve a esas letras populares, y apunta que vienen de la abuela Margarita, la mamá de José Antonio Soler, «que es muy buen amigo de mi padre, la visitábamos y cantaba esa letra». 

Se escuchará esta tonada junto a una selección de canciones de su extensa discografía. Desde En lo alto del cerro de Palomares, Volver o Tangos del Chavico a El último trago, que dedica a Chavela Vargas, María de Buenos Aires o Dicen, de su último álbum, Leo, nominado en la categoría de Flamenco en los Grammy Latinos. Esta tarde llega a Cultural Caja de Burgos a encontrarse con su público, y lo hace con el inevitable «subidón» de saber que ha colgado el cartel de 'entradas agotadas'. 

¿Cómo sale una artista al escenario sabedora de que el patio de butacas estará lleno? 
Eso es lo máximo. Lo más grande que le puede suceder a un artista es que se le espere para ver qué tiene que ofrecer. No conozco a ninguno que desprecie un auditorio lleno. A mí me han enseñado que es un auténtico milagro que alguien dedique su tiempo, su espacio y su dinero a verte. Para mí es un auténtico privilegio, un lujo en los tiempos en que vivimos. Voy con entusiasmo y la ilusión que requiere la ocasión. Cuando alguien te recibe con los brazos abiertos es maravilloso. Están las cosas muy complicadas en la sociedad y sé lo que nos cuesta a todos salir hacia adelante y que alguien apueste por la cultura me deja sin palabras. Amenazo con llegar emocionada y entregada. Ahí ya no respondo. 

Viene con Leo, un disco con apenas un año en la calle, pero no solo... 
Mis discos son consecuencia de mis directos y a la inversa. Yo me voy encontrando cosas por el camino, pero siempre soy la misma, la misma intención, la misma necesidad de expresar y compartir. No es una presentación de Leo, es un compendio, una Estrella Morente en directo, que pegará un repaso a todo ese repertorio que nos ha acompañado durante todo este tiempo. 

¿Qué une a todas esas estrellas morentes que pasan por escena?
La verdad y la honestidad a la hora de ejecutar el arte; si me dedicara a otra profesión, dentista, abogado, albañil o barrendera, lo haría con la misma honestidad. Es la que me ha dado pie a seguir adelante todo este tiempo, que son algunos años, aunque a la vez te das cuenta de que no sabes nada, que estás al principio de todo y que cada día trae su propio afán. Sí me encuentro en un momento de lucha, de sacar adelante lo nuestro, y esto hace que me sienta muy cerca del pueblo. Esto es lo que quiero trasladar en mis conciertos y en mi día a día. Ahí se resumen las diferentes estrellas, si es que las hay. 

¿Cuánto sigue estando presente su padre, Enrique Morente, cuando se mete en el estudio de grabación o sube a las tablas? 
Mi padre está presente desde que hemos empezado tú y yo a hablar, desde que me levanté esta mañana, desde que a mi niña la llevé al colegio, desde que ayer me acosté pensando en el repertorio del siguiente concierto... Mi padre está en la mayor parte de mi vida. Mi verdad es que mi padre ha hecho algo muy importante, no solo en mi familia, sino también en las próximas generaciones. La flexibilidad y la solidaridad son herramientas muy importantes en los tiempos que vivimos y mi padre ha sido un gran maestro, no solo por lo maravilloso que era como artista, sino que era un ser humano excepcional que nos dejó esos valores para poder batallar hoy. 

¿Qué es para Estrella Morente el flamenco? 
Mi comida (ríe), la manera de pagar la hipoteca, de sobremorir, no de sobrevivir, mi compañero de fatigas, es a lo que me agarro cuando estoy feliz, y también cuando estoy preocupada o descontenta. Es mi mejor aliado. Hay quien habla de duende o de una manera de respirar, pero no, yo respiro aire, como todos los seres humanos, a mí el flamenco lo que me da es de comer y es mi medio de vida, es una profesión tan digna y tan importante como cualquier otra. Ni los artistas se tienen que sentir por encima del resto por su talento ni tampoco debemos obviar la importancia que tienen los artistas para la historia del pueblo, que a través del arte y la cultura pueden conocer el mundo y la propia vida. Los artistas somos testigos del momento que viven nuestras sociedades. 

Llega a Burgos una semana antes de la gala de entrega de los Grammy Latinos (miércoles 16). ¿Qué significa esta nominación, que no es la primera que recibe en su carrera? 
Es como una palmadita en la espalda, pero a mí lo que me da de comer es Burgos no los Grammy (ríe). En Burgos es donde se va a quedar la mitad de mi garganta y la mitad de mi corazón. Los premios son muy bonitos, pero lo que te saca las castañas del fuego es el día a día, el trabajo; no desprecio los reconocimientos, pero, honestamente, el Grammy no es lo que rige mi vida. Estoy nominada con mi hermano y otros compañeros a los que quiero mucho y estaría encantada de que se lo dieran a cualquiera de ellos, que son jóvenes y necesitan ese caminar. Estoy convencida de que les haría más ilusión que a mí (ríe). Yo donde quiero estar, y no es peloteo, es en Burgos, Madrid, Valencia, Barcelona..., ciudades donde tengo comprometidos conciertos, donde se me paga un sueldo como trabajadora. A mí en los Grammy no se me regala nada, al contrario, se utiliza mi nombre para publicidad. 

¿Y cómo lleva tener entre sus competidores a su hermano? 
Es lo mejor que me ha podido pasar. Lo más bonito es compartir un reconocimiento con mi hermano y me hace ilusión porque ha hecho una maravilla de disco, El cante, una auténtica revolución. Lo digo de corazón. Me gustaría mucho que le dieran el premio a Kiki. 

Y la cosa va de familia porque en esta gira le acompaña su hijo Curro en las percusiones... 
Toca muy bien, tiene un sentido rítmico desde que era pequeño, y me siento muy orgullosa que por iniciativa propia haya decidido compartir la música. 

¿Es buena jefa? 
(Ríe). Dicen que sí, pero creo que es porque no hay cosa mejor en la vida que dejar a los demás que aporten lo que consideren a la empresa, al disco, a la compañía. Ser un buen jefe no es apretar al máximo las tuercas, no va conmigo, para mí dirigir un barco tiene más que ver con la flexibilidad, el entendimiento, el cariño, la comprensión... Por eso yo creo que están contentos porque no exijo nada que no quieran dar, eso sí, la puerta está abierta para quien quiera entrar y salir.