El quiosco del parque de El Barriles, junto al río Duero, tampoco abrirá este verano. Y ya van tres. La instalación municipal, muy demandada por la ciudadanía, permanecerá cerrada a la espera de que el Ayuntamiento de Aranda le dedique una inversión de entre 25.000 y 30.000 euros. Dinero que se destinará, fundamentalmente, a dotar al establecimiento de equipamiento para su cocina o de mobiliario, ya que el bar únicamente cuenta con un fregadero.
De hecho, como como avanza el concejal de Licencias y Obras, Urbanismo y Servicios, Alfonso Sanz, ya cuentan con algunos presupuestos. Una vez que se licite la compra de este material, el siguiente paso será volver a sacar el recinto a concurso. «Lo intentaremos de nuevo en septiembre», asegura el edil.
El pliego será prácticamente el mismo. Es decir, que se insiste con las condiciones de los tres anteriores intentos fallidos por adjudicar la gestión de El Barriles. En mayo del año pasado, la licitación quedó desierta. Mismo resultado que en diciembre y, posteriormente, en marzo de este año.
Con la diferencia, eso sí, de la inversión citada.Ya en el pliego de condiciones técnicas para la contratación de la gestión de este quiosco municipal, se estimaba necesario un desembolso de casi 17.000 euros, de los cuales 8.134 irían para equipamiento de bar, otros 7.336 euros para la cocina y los 1.440 euros restantes para mesas, sillas y taburetes. De hecho, el Presupuesto para este año, aprobado inicialmente la semana pasada, incluye una partida de 150.000 euros para la rehabilitación de los quioscos de ElBarriles y La Huerta. Este último, tal como subraya Sanz, requiere una remodelación estructural, cuyo coste oscilará entre 80.000 y 90.000 euros. La Huerta acumula más de cuatro años clausurado desde que se cayó un falso techo y, después, se comprobaron importantes deficiencias en el sistema eléctrico.
quejas. La situación que atraviesa El Barriles disgusta a buena parte de los arandinos, que no entienden que el quiosco no abra sus puertas a pesar de ser un sitio idóneo, con mesas al aire libre, en plena pandemia. «Es una pena, respetando toda la normativa, podría funcionar sin problemas», lamenta un vecino. Mientras, hay quienes acusan al Ayuntamiento de «una dejadez general» en toda la ciudad. «No se preocupan por nada. Las paredes del quiosco están llenas de grafitis y se ve la carcoma desde fuera», se queja otra mujer.
Todos coinciden en que se trata de una instalación clave para la vida social arandina, no sólo en verano, también en invierno, cuando en alguna ocasión se hicieron conciertos. En este sentido, Sanz recalca que la idea es que El Barriles abra durante todo el año, como sucede con el quiosco de La Virgen, y defiende que la intención del Consistorio es dinamizar ambos parques.