El Boletín Oficial de Castilla y León (BOCyL) publicó en su edición de ayer el nombramiento, mediante el sistema de libre designación, de Juan Manuel de Vicente como jefe de Anestesiología y Reanimación en el HUBU. Este especialista ha coordinado el trabajo en el servicio -nuclear para el hospital y también uno de los más grandes- desde el comienzo de la crisis por el coronavirus y, de hecho, de Vicente forma parte del equipo ‘covid’ desde el inicio de la pandemia. Ayer, justo cuando se cumplía un mes desde que este especialista y una compañera del servicio defendieron sus respectivos proyectos de gestión ante el tribunal, se hizo pública la elección para Anestesiología.

De Vicente formó parte del ‘núcleo duro’ de especialistas clínicos que diseñaron y ejecutaron el plan de respuesta del HUBUdurante la primera oleada, que también conformaron profesionales de Medicina Interna e Intensiva, Neumología y Urgencias (también con Enfermería). En esa primera ola, Anestesiología compatibilizó la atención directa de pacientes críticos por complicaciones de la enfermedad del coronavirus con su actividad habitual en quirófanos y el HUBU, de hecho, fue uno de los pocos hospitales de Castilla y León en el que hubo operaciones programadas -cánceres, sobre todo- además de las urgentes.

A partir de ahí y, sobre todo, desde la segunda oleada, de Vicente ha estado al frente de este servicio, al que tradicionalmente se identifica con los quirófanos, pero cuyo cometido va mucho más allá del bloque quirúrgico. Son cada vez más las terapias y técnicas diagnósticas que requieren de especialistas en Anestesiología y Reanimación, por lo que la demanda de estos profesionales es creciente. Un ejemplo es la Unidad del Dolor, que dirige una anestesista, y en la que la atención -también al alza- es compartida entre esta especialidad y la de Rehabilitación.

El nombramiento de Juan Manuel de Vicente tendrá una vigencia de cuatro años y entre los retos que tendrá que asumir será la gestión de la lista de espera, en un momento en el que la pandemia sigue acaparando recursos imprescindibles en los quirófanos, sobre todo de Enfermería.

Otro problema arrastrado es la escasez de anestesistas, no solo en Burgos, sino en toda España.