El peor de los escenarios ha llegado y el San Pablo se plantará en la última jornada no dependiendo de sí mismo. Está obligado a ganar a Fuenlabrada y esperar que o Andorra, que juega en casa ante Tenerife, o Zaragoza, que se enfrenta en Murcia al UCAM, no ganen. Su derrota en Valencia, donde no tuvo opciones después de una pobre segunda parte, y la victoria de Andorra en Zaragoza -se impuso en la segunda prórroga- han provocado esta delicada situación.