El Quijote, en cromos

ANGÉLICA GONZÁLEZ
-

En 1905 la Compañía Arrendataria de Fósforos acompañó las cajas de cerillas que se vendían en España con fototipias del centenario del personaje, que hoy forman parte de una colección privada de Burgos

Sobre estas líneas, algunos de los cromos originales de 1905 - Foto: Luis López Araico

Las personas enamoradas de la figura de Don Quijote y de la obra de Cervantes en general están estos días disfrutando de lo lindo de la prolija exposición que en su honor acoge la Catedral hasta el próximo 24 de julio. Allí se pueden deleitar con la contemplación de todo tipo de piezas: bustos del autor, imágenes de las andanzas del Caballero de la Triste Figura en diferentes soportes, abanicos en los que se ve a otros personajes de la historia, miniaturas, bandejas cerámicas... y hasta un escritorio de madera. Pero no cromos. O los abuelos de los cromos, que se llamaban fototipias 

Un coleccionista privado burgalés posee un buen número de ellos, en concreto, de los publicados con motivo del tercer centenario de la publicación de la magna obra, y ha dejado que DB los retratara como homenaje a esta iniciativa de la Fundación VIII Centenario. Editados en 1905 por la Compañía Arrendataria de Fósforos -que venía desde 1897 acompañando las cajas de cerillas con estas pequeñas cartulinas que se pegaban en su álbum correspondiente- la colección Serie Extraordinaria de las cajas de cerillas. Algo sobre el Quijote consta de 80 estampas que representan a diversas ediciones del texto, retratos de Cervantes, monumentos en su honor, etc.  Entre el año 97 y 1910 la Compañía emitió 37 series diferentes de fototipias con 75 o más en cada una de ellas de los temas más variados: actrices, políticos, reyes, poetas, pintores, toreros... En total, 3.175 cartulinas individuales que, al principio, fueron en blanco y negro y terminaron siendo a color.

Diez céntimos de pesetas costaban las cajetillas de fósforos que llevaban un cromo y sesenta, el álbum cervantino, en cuya portada, como se puede observar a la izquierda de estas líneas, aparece el autor con un libro abierto y una pluma junto a una figura femenina alada que está sentada al fondo de la imagen colocándole una corona de laurel a la vez que sostiene un pergamino en el que se puede leer 'Serie extraordinaria', pues realmente lo era. Las pequeñas imágenes dedicadas a esta efemérides se podían encontrar en estancos y cafés o encargarlas a la Asociación de Escritores y Artistas.

Como prólogo de estas joyas se puede leer un texto de Pero Gómez en el que se pone en valor la lectura del Quijote: 'Libro es este en el que la risa y las más profundas ideas de filosofía moral van de la mano llevando al que tiene la suerte de leerle, regocijado y a la vez pensativo por tanto ingenio como talento hay en él vaciado. Coleccionistas, leedlo si no lo habéis hecho ya, y si así fuere y repetís, mayor será vuestro goce al hacerlo; perdonadme el consejo, pero si lo seguís, seguro estoy de que no habréis de arrepentiros'.