Dos integrantes de la junta directiva del Colegio de Médicos de Burgos (Combu) elegida en diciembre han comunicado su decisión de dimitir y en sendos casos han alegado razones personales, pero difícilmente pueden desvincularse de la crisis desatada hace una semana a raíz de una denuncia por la muerte en soledad en el HUBU de un paciente con covid y del ambiente que se ha generado en el hospital desde entonces. Las dos especialistas que han renunciado son la urgencióloga María Pilar López, que ocupaba una vicepresidencia, y la médica de familia Selene Molano, que asumía la vocalía de facultativos en formación.
Los otros once integrantes de la junta directiva decidirán su continuidad al frente del Combu después de la asamblea, urgente y de carácter extraordinario, a la que están convocados mañana por la tarde los 2.000 médicos colegiados en Burgos. Según el orden del día, el encuentro es meramente informativo.
La junta directiva, al parecer, quiere explicar en persona las razones por las que decidieron divulgar en una circular conclusiones del informe redactado por la Comisión de Deontología del Colegio una vez 'investigada' la denuncia que presentó un facultativo por la muerte en soledad de un familiar en una planta de aislamiento del HUBU; un hecho habitual durante buena parte de la pandemia en toda España, ya que se vetó el acceso a las zonas de aislamiento para tratar de minimizar la diseminación descontrolada del SARS-CoV-2.
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